Salud mental en Chile
La salud mental en Chile ha adquirido un protagonismo inédito en los últimos años. Diversos estudios reflejan un aumento sostenido en la percepción de que este aspecto de la salud debe ser una prioridad nacional.
Pero ¿cómo estamos realmente? ¿Qué dicen las cifras y estudios recientes? ¿Cuáles son los principales factores que afectan el bienestar psicológico de los chilenos?
Este artículo busca responder estas preguntas desde una perspectiva de la psicología cognitivo-conductual.

1. La percepción pública: salud mental en Chile como preocupación nacional
De acuerdo con el estudio Monitor de Servicios de Salud de Ipsos 2024, un 69% de los chilenos considera la salud mental como el principal problema de salud del país, superando ampliamente el promedio mundial (45%) (ver estudio).
Este cambio en la percepción pública ha sido progresivo. Antes de la pandemia, los temas más urgentes eran las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Hoy, el estrés, la ansiedad y la depresión ocupan el primer lugar en la mente de las personas.
2. Datos recientes: síntomas de ansiedad y depresión
Según el “Termómetro de la Salud Mental en Chile”, desarrollado por ACHS y la Universidad Católica en su séptima ronda (abril 2023):
- El 34,6% de las mujeres presenta síntomas clínicamente significativos de ansiedad.
- En hombres, esta cifra bordea el 20%.
- La prevalencia de síntomas depresivos también es más alta en mujeres, con más del 25% mostrando señales moderadas a severas.
- El 48% de los encuestados señaló que su salud mental ha empeorado desde la pandemia.
Estos datos revelan que existe una importante carga emocional no resuelta en la población, lo que se traduce en una demanda insatisfecha de atención psicológica.
3. Factores estructurales que afectan la salud mental en Chile
Desde la mirada cognitivo-conductual, sabemos que la interacción entre eventos vitales, creencias disfuncionales y conductas desadaptativas influye en el desarrollo de trastornos mentales. En Chile, algunos factores sociales y económicos se destacan como desencadenantes o mantenedores del malestar emocional:
a. Inseguridad económica
- Según Ipsos, el 78% de los chilenos cree que no puede costear una buena atención médica.
- Esta percepción incrementa los niveles de ansiedad anticipatoria y sensación de desamparo.
b. Falta de acceso a servicios psicológicos
- Solo un 21% de las personas ha buscado ayuda profesional para el estrés, según un estudio de GfK Adimark.
- El 12% ha consultado por depresión y apenas un 7% por ansiedad, lo que evidencia una gran brecha de atención.
c. Sobrecarga laboral
- Chile lidera las estadísticas de mayor carga de trabajo semanal en Latinoamérica, y el 73% de los chilenos declara haberse sentido estresado al punto de afectar su vida diaria (fuente).
4. La salud mental y el género
Existe una brecha de género significativa en salud mental. Estudios del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (IMHAY) muestran que:
- Las mujeres presentan mayor prevalencia de trastornos afectivos, especialmente ansiedad y depresión.
- También hay una mayor autoexigencia y dificultad para delegar responsabilidades, especialmente en madres trabajadoras.
Desde una perspectiva cognitivo-conductual, este patrón puede entenderse a partir de esquemas de pensamiento rígidos y exigentes (como el deber ser o el perfeccionismo), que generan frustración, culpa y agotamiento emocional.
5. Grupos de riesgo: jóvenes, cuidadores y trabajadores de salud
Distintos estudios han identificado a los siguientes grupos como especialmente vulnerables:
a. Jóvenes entre 15 y 29 años
- Son quienes más reportan síntomas de ansiedad y pensamientos negativos persistentes.
- Además, presentan altos niveles de insatisfacción vital y baja percepción de autoeficacia.
b. Cuidadores informales
- Personas que cuidan a familiares con dependencia presentan más del doble de riesgo de desarrollar síntomas depresivos.
- Sufren aislamiento social y escaso tiempo para el autocuidado.
c. Trabajadores del área de la salud
- A raíz de la pandemia, muchos profesionales presentan síntomas compatibles con trastorno por estrés postraumático (TEPT).
6. Cambios positivos: mayor conciencia y disposición a buscar ayuda
A pesar de los desafíos, hay avances significativos:
- Ha aumentado el número de personas que reconoce la importancia del bienestar psicológico.
- Se están implementando programas de salud mental en escuelas, municipios y empresas.
- El Ministerio de Salud ha lanzado estrategias de prevención del suicidio y promoción del bienestar emocional.
Este cambio cultural es clave desde la visión cognitivo-conductual, ya que la toma de conciencia es el primer paso para modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales.
7. ¿Qué podemos hacer como sociedad?
Desde una perspectiva cognitivo-conductual, mejorar la salud mental en Chile implica actuar en varios niveles:
A nivel individual:
- Identificar y modificar pensamientos automáticos negativos.
- Realizar actividades gratificantes y placenteras semanalmente.
- Establecer rutinas, límites laborales y tiempos de descanso.
- Practicar técnicas de relajación y mindfulness.
- Buscar apoyo profesional cuando sea necesario.
A nivel comunitario:
- Promover espacios de conversación emocional en escuelas, familias y trabajos.
- Desarrollar campañas públicas basadas en evidencia sobre autocuidado y desestigmatización de la salud mental.
A nivel estructural:
- Invertir en la formación de psicólogos clínicos y profesionales de salud mental.
- Ampliar la red pública de atención psicológica en atención primaria.
- Asegurar que los programas tengan enfoque de género y pertinencia cultural.
Sugerencias finales para el lector
- Haz una pausa cada día para revisar cómo te sientes emocional y físicamente.
- Cuestiona tus pensamientos negativos: ¿son realistas?, ¿te están ayudando?
- Haz ejercicio físico regular: es una de las estrategias más efectivas para regular el ánimo.
- Busca espacios de apoyo: hablar con alguien de confianza puede cambiar el curso de tu día.
- No esperes a estar colapsado para pedir ayuda profesional: prevenir es más efectivo que reparar.
- Recuerda que tu salud mental también es tu responsabilidad. Cuidarla es un acto de amor propio y de compromiso con quienes te rodean.
Conclusiones
La salud mental en Chile se ha posicionado como una de las principales preocupaciones sociales del país, no solo por la alta prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión, sino también por las barreras estructurales que impiden un adecuado acceso a tratamientos. Los datos reflejan una creciente conciencia ciudadana, aunque aún persisten importantes brechas de género, edad y nivel socioeconómico.
Desde un enfoque cognitivo-conductual, se reconoce que gran parte del malestar psicológico puede abordarse mediante la identificación de pensamientos disfuncionales, el fortalecimiento de hábitos saludables y la intervención oportuna. Sin embargo, el abordaje individual debe ir acompañado de políticas públicas consistentes y programas de prevención comunitaria.
Es crucial avanzar hacia una cultura del cuidado emocional que reconozca la salud mental como un componente esencial del bienestar integral. Fortalecer la red pública, ampliar la educación emocional en las escuelas y generar espacios de conversación en los entornos laborales y familiares son pasos necesarios para una mejora sostenible.
Referencias
- Ipsos (2024). Monitor de Servicios de Salud. Recuperado de: www.ipsos.com
- ACHS & UC (2023). Termómetro de la Salud Mental en Chile. www.achs.cl
- IMHAY (2023). Brechas de género en salud mental. Disponible en: www.imhay.org