Ejercicios para la atención plena
Vivimos en una época donde estar distraídos se ha vuelto la norma, por lo que aprender ejercicios para la atención plena puede ser de mucha utilidad para tu bienestar.
El ritmo acelerado, la multitarea y el exceso de información dificultan que podamos conectar con el presente. Como resultado, es común sentir ansiedad, agotamiento mental y desconexión emocional. Ante esto, una práctica que ha cobrado fuerza desde la psicología cognitivo-conductual es la atención plena o mindfulness.
La atención plena implica llevar la conciencia al momento presente con una actitud de apertura y no juicio. Diversos estudios han demostrado que su práctica habitual reduce el estrés, mejora la regulación emocional y fortalece la salud mental.
En este artículo te presento 10 ejercicios para la atención plena que puedes incorporar en tu rutina diaria, con explicaciones claras y desde una mirada cognitivo-conductual.

¿Por qué practicar atención plena?
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, los pensamientos automáticos y la falta de conciencia sobre nuestros estados internos son factores que mantienen el malestar emocional.
La atención plena permite:
- Detectar pensamientos disfuncionales sin fusionarse con ellos
- Regular respuestas impulsivas ante estímulos emocionales
- Aumentar la flexibilidad psicológica
- Promover una vida más coherente con los propios valores
Practicar atención plena no es eliminar pensamientos, sino cambiar la relación que tenemos con ellos. Aquí tienes 10 ejercicios concretos para comenzar.
1. Respiración consciente
Duración sugerida: 5 a 10 minutos
Siéntate o recuéstate cómodamente. Lleva tu atención a la respiración: nota cómo entra y sale el aire por la nariz.
Observa el ritmo natural, sin intentar modificarlo.
Si tu mente se dispersa, simplemente toma conciencia y vuelve a la respiración.
Este ejercicio es un ancla poderosa al presente. Desde la terapia cognitivo-conductual, fortalece la metacognición y reduce la rumiación.
Revisa aquí otros ejemplos de ejercicios de respiración.
2. Escaneo corporal (Body Scan)
Duración sugerida: 10 a 30 minutos
Lleva tu atención lentamente a diferentes partes del cuerpo, comenzando por los pies y subiendo hasta la cabeza.
Observa cada sensación (cosquilleo, presión, temperatura), sin juzgar ni querer cambiar nada.
El body scan favorece la conexión mente-cuerpo y mejora la regulación emocional al fortalecer la conciencia interoceptiva.
3. Mindfulness en la ducha
Duración sugerida: 5 minutos
Durante la ducha, dirige toda tu atención a las sensaciones del agua en la piel, el olor del jabón, el sonido del agua cayendo.
Si aparecen pensamientos, nota que están ahí y vuelve a la experiencia sensorial.
Este ejercicio transforma una actividad rutinaria en una oportunidad de entrenar la atención.
4. Comer con atención plena
Duración sugerida: el tiempo de una comida
Antes de comenzar, observa el plato: colores, aromas, formas.
Al comer, mastica lentamente, nota los sabores, la textura. Evita distracciones (celular, TV, conversaciones apresuradas).
Comer conscientemente mejora la digestión y puede ser útil en el tratamiento de la alimentación emocional.
5. Escuchar con atención plena
Duración sugerida: 3 a 5 minutos
Elige un sonido (una canción suave, el canto de un pájaro, el tic tac del reloj).
Escúchalo sin analizar ni juzgar. Si aparecen pensamientos, regresa al sonido.
También puedes practicarlo mientras escuchas a otra persona.
Escuchar con presencia plena mejora la empatía y las habilidades interpersonales.
6. Caminar conscientemente
Duración sugerida: 10 minutos
Camina a un ritmo natural, llevando atención a cada paso, al contacto del pie con el suelo, a los movimientos del cuerpo.
Nota tu entorno sin aferrarte a ningún estímulo en particular.
Este ejercicio ayuda a reducir la ansiedad y puede utilizarse como pausa activa durante el día.
7. Etiquetado de pensamientos
Duración sugerida: 5 a 10 minutos
Cuando surjan pensamientos, etiquétalos mentalmente: “esto es un juicio”, “esto es un recuerdo”, “esto es una preocupación”. Luego, déjalos pasar sin luchar contra ellos.
Desde la psicología cognitivo-conductual, etiquetar pensamientos ayuda a tomar distancia y disminuir la fusión cognitiva.
8. Mindfulness en una tarea diaria
Duración sugerida: depende de la tarea
Escoge una actividad habitual (lavar platos, barrer, doblar ropa) y realiza la tarea llevando plena atención a cada movimiento, sonido y sensación.
Si aparecen distracciones, simplemente vuelve.
Esta práctica fortalece la conciencia atencional sin necesidad de crear espacios adicionales.
9. Ejercicio de respiración 4-7-8
Duración sugerida: 3 a 5 minutos
Inhala por 4 segundos, mantén el aire durante 7 segundos y exhala en 8 segundos.
Repite varias veces, manteniendo la atención en la respiración y en las sensaciones del cuerpo.
Este ejercicio regula el sistema nervioso autónomo, disminuye la activación y promueve la calma.
10. Meditación guiada de atención plena
Duración sugerida: 10 a 20 minutos
Utiliza una grabación de meditación guiada enfocada en mindfulness (puedes encontrar muchas gratuitas en YouTube o apps). Sigue las instrucciones, manteniéndote presente y amable contigo mismo si te distraes.
Las meditaciones guiadas ayudan a establecer una práctica regular con estructura y soporte auditivo.
Sugerencias para comenzar con estos ejercicios
- Empieza con lo simple: no necesitas hacerlo todo. Comienza con un ejercicio de 5 minutos al día.
- Sé constante, no perfecto: la práctica diaria, aunque breve, genera más beneficios que prácticas largas y esporádicas.
- Integra mindfulness a tu rutina: elige una actividad cotidiana (como lavarte los dientes) y conviértela en tu espacio de atención plena.
- Usa recursos digitales: explora aplicaciones como Insight Timer, Headspace o Smiling Mind.
- Acompaña tu proceso en terapia: si estás en un proceso terapéutico, coméntalo con tu terapeuta y ve integrando estas prácticas a los objetivos clínicos.
Conclusión
Practicar ejercicios para la atención plena no requiere experiencia previa ni largos retiros de meditación. Basta con tener la intención de volver al presente, una y otra vez, con gentileza.
La atención plena no busca eliminar pensamientos ni emociones, sino cambiar nuestra forma de relacionarnos con ellos.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, estos ejercicios son herramientas poderosas para reducir el malestar psicológico, fortalecer la autoconciencia y fomentar una vida más alineada con nuestros valores.
La clave está en la constancia: cada momento es una nueva oportunidad para estar presente.
Recursos útiles a explorar
- Prácticas de mindfulness para principiantes – Greater Good Science Center
- Cómo practicar la atención plena – Mindful.org
Referencias bibliográficas
- Kabat-Zinn, J. (1990). Full Catastrophe Living: Using the Wisdom of Your Body and Mind to Face Stress, Pain, and Illness. Delacorte.
- Baer, R. A. (2003). Mindfulness training as a clinical intervention: A conceptual and empirical review. Clinical Psychology: Science and Practice, 10(2), 125–143.
- Segal, Z. V., Williams, J. M. G., & Teasdale, J. D. (2002). Mindfulness-Based Cognitive Therapy for Depression. Guilford Press.