¿Qué es la higiene del sueño?
¿Te cuesta quedarte dormido o mantener el sueño? ¿Te despiertas sintiéndote más cansado que cuando te acostaste? Muchas personas viven esto a diario sin saber que una parte fundamental del problema puede estar en sus hábitos previos al descanso. Aquí es donde entra en juego la pregunta: “Qué es la higiene del sueño?
En este artículo abordaremos qué es la higiene del sueño y, especialmente, cuáles son las técnicas más eficaces que puedes aplicar para mejorar tu descanso, desde una perspectiva cognitivo-conductual.

¿Qué es la higiene del sueño?
La higiene del sueño se refiere a un conjunto de hábitos y prácticas conductuales y ambientales que promueven un sueño de mejor calidad y así, una mejor salud mental.
No se trata simplemente de dormir más horas, sino de crear condiciones óptimas para que el cuerpo y la mente puedan descansar de manera profunda y reparadora.
Desde el enfoque de la psicología cognitivo-conductual (TCC), estas técnicas son herramientas efectivas para reentrenar el cuerpo y el cerebro hacia un patrón de sueño saludable, especialmente en casos de insomnio o trastornos relacionados con el descanso, o entre otros casos, cuando la ansiedad, el estrés o la depresión están presentes.
Técnicas de higiene del sueño: lo que sí funciona
A continuación, te presentamos las principales técnicas de higiene del sueño validadas por la ciencia y aplicadas desde la terapia cognitivo-conductual.
Estas técnicas pueden implementarse progresivamente para mejorar la calidad del sueño sin necesidad de medicamentos.
1. Establece horarios regulares de sueño
Acuéstate y despiértate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
Esto fortalece tu ritmo circadiano, el reloj interno que regula tu ciclo sueño-vigilia.
La regularidad facilita que el sueño aparezca naturalmente.
2. Crea una rutina relajante antes de dormir
Desarrolla un ritual nocturno tranquilo y predecible que indique al cuerpo que es hora de descansar.
Esto puede incluir leer, tomar una ducha tibia, practicar respiración profunda o escuchar música suave.
Evita actividades estimulantes en la última hora del día.
3. Usa la cama solo para dormir
Evita usar la cama para trabajar, comer, ver series o revisar el celular.
El objetivo es que tu cerebro asocie automáticamente la cama con descanso.
Si no puedes dormir en 20 minutos, levántate y haz una actividad tranquila fuera del dormitorio hasta que te dé sueño.
4. Evita pantallas antes de dormir
Las pantallas de celulares, tablets y televisores emiten luz azul, que inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño.
Apaga los dispositivos al menos una hora antes de dormir.
Si debes usarlos, activa el modo nocturno o utiliza filtros de luz azul.
5. Controla el ambiente del dormitorio
Tu habitación debe ser un lugar cómodo, oscuro, fresco y silencioso.
Usa cortinas gruesas, tapones para los oídos o máquinas de sonido blanco si lo necesitas.
La cama debe ser cómoda y limpia, y la iluminación debe ser tenue en la noche.
6. Limita el consumo de cafeína, alcohol y nicotina
Estas sustancias alteran la calidad del sueño.
Evita el café y bebidas energéticas al menos 6 horas antes de acostarte.
Aunque el alcohol pueda inducir sueño, interfiere con las fases profundas del descanso y puede provocar despertares nocturnos.
7. Haz ejercicio, pero no muy tarde
La actividad física regular mejora el sueño.
Sin embargo, entrenar muy cerca de la hora de dormir puede activar demasiado el sistema nervioso.
Idealmente, realiza ejercicio al menos 3 horas antes de acostarte.
8. Evita siestas prolongadas
Las siestas largas (más de 30 minutos) o en horarios muy cercanos a la noche pueden dificultar que sientas sueño a la hora adecuada.
Si necesitas descansar durante el día, que sea breve y antes de las 17:00 horas.
9. Exposición a la luz natural
Recibir luz natural durante la mañana regula tu ritmo circadiano y mejora la producción nocturna de melatonina.
Sal al exterior al menos 20 minutos por la mañana o trabaja cerca de una ventana con luz natural.
10. Programa tus preocupaciones
Si sueles quedarte pensando en problemas al acostarte, establece un momento durante el día para reflexionar o escribir tus preocupaciones.
La técnica del “tiempo programado de preocupación” reduce la rumiación mental antes de dormir.
11. Técnica de intención paradójica
Esta estrategia conductual consiste en intentar mantenerse despierto sin esforzarse por dormir.
Sorprendentemente, esto reduce la ansiedad por conciliar el sueño, lo cual puede facilitar que finalmente ocurra.
12. Reestructuración de pensamientos disfuncionales
Desde la TCC, muchas personas desarrollan creencias catastróficas sobre el insomnio, como “si no duermo bien, no rendiré mañana”. Cuestionar y reemplazar estas ideas con pensamientos realistas ayuda a disminuir la ansiedad nocturna.
13. Ejercicios de respiración diafragmática
La respiración profunda y lenta activa el sistema nervioso parasimpático, reduciendo la activación fisiológica asociada a la ansiedad o el insomnio.
Una técnica útil es la respiración 4-7-8:
- Inhala en 4 segundos.
- Mantén la respiración por 7 segundos.
- Exhala lentamente durante 8 segundos.
Hazlo durante 5 minutos antes de dormir o si te despiertas en la noche.
Este tipo de ejercicio ayuda a calmar el cuerpo y enfocar la mente.
14. Práctica de mindfulness antes de dormir
El mindfulness, o atención plena, consiste en observar el momento presente sin juzgarlo.
En el contexto del sueño, ayuda a reducir los pensamientos rumiativos y preocupaciones que interfieren con el descanso.
Una práctica simple:
- Siéntate o recuéstate cómodamente.
- Concéntrate en tu respiración, en cómo entra y sale el aire.
- Si surgen pensamientos, obsérvalos como nubes que pasan y vuelve tu atención a la respiración.
Practicar de 5 a 10 minutos de mindfulness cada noche puede crear una transición más suave entre la vigilia y el sueño.
15. Técnica de body scan (escaneo corporal)
El escaneo corporal es una técnica de relajación guiada que fomenta la conexión mente-cuerpo y libera tensiones físicas acumuladas.
Cómo practicarla:
- Acuéstate en posición cómoda.
- Lleva tu atención lentamente a cada parte del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, notando sensaciones sin juzgar.
- Al notar tensión, visualiza cómo se libera con la exhalación.
Este ejercicio prepara al sistema nervioso para el descanso profundo, especialmente útil para quienes experimentan tensión muscular o ansiedad física al acostarse.
¿Qué no se debe hacer antes de dormir?
Además de implementar técnicas positivas, es importante eliminar ciertos comportamientos perjudiciales para el descanso:
- No consumas alimentos muy pesados antes de dormir.
- No te expongas a noticias o discusiones estresantes en la noche.
- No te acuestes si no tienes sueño: espera a que tu cuerpo lo pida.
- No te obsesiones con la hora o con “dormir bien a la fuerza”.
- No uses la cama como espacio de preocupación o productividad.
Sugerencias para el lector
- Elige dos o tres técnicas y aplícalas durante una semana. Observa si tu sueño mejora antes de sumar otras.
- Lleva un diario de sueño: anota la hora en que te acuestas, te duermes, te despiertas y cómo te sientes al día siguiente.
- Sé paciente contigo: cambiar hábitos lleva tiempo, y los resultados suelen aparecer de forma gradual.
- Si notas que la ansiedad o los pensamientos interfieren con el sueño constantemente, considera buscar una consulta psicológica online cognitivo-conductual.
Conclusión
Entender qué es la higiene del sueño es fundamental para quienes desean dormir mejor sin depender de fármacos.
Desde la psicología cognitivo-conductual, las técnicas presentadas en este artículo permiten modificar los hábitos y pensamientos que dificultan el descanso y construir una relación más saludable con el sueño.
Dormir bien no es un lujo, es un componente esencial de la salud mental, el rendimiento diario y el equilibrio emocional.
Implementar hábitos efectivos de higiene del sueño es un paso poderoso y accesible hacia una vida más consciente, descansada y plena.
Recursos útiles a explorar
- Sleep Foundation – Guía de higiene del sueño
- National Institute on Aging – Tips for a Good Night’s Sleep
Referencias bibliográficas
- Morin, C. M., & Espie, C. A. (2003). Insomnia: A Clinical Guide to Assessment and Treatment. Springer.
- Perlis, M. L., Jungquist, C., Smith, M. T., & Posner, D. (2005). Cognitive Behavioral Treatment of Insomnia: A Session-by-Session Guide. Springer.
- American Academy of Sleep Medicine. (2014). International Classification of Sleep Disorders, 3rd Edition (ICSD-3).
- Harvey, A. G. (2002). A cognitive model of insomnia. Behaviour Research and Therapy, 40(8), 869–893.