¿Es benéfico el yoga para estrés y ansiedad?
El ritmo acelerado de la vida moderna ha convertido a la ansiedad y estrés en compañeros frecuentes del día a día.
Frente a este panorama, muchas personas buscan estrategias que les ayuden a recuperar el equilibrio emocional.
Una de las prácticas más populares en la actualidad es el yoga.
Pero, ¿es realmente benéfico el yoga para estrés y ansiedad?
Desde la perspectiva de la psicología cognitivo-conductual, es posible analizar cómo esta disciplina puede complementar los procesos terapéuticos y qué efectos tiene sobre la mente y el cuerpo.

¿Es benéfico el yoga para estrés y ansiedad?
El vínculo entre cuerpo y mente
La ansiedad y el estrés no solo se experimentan a nivel mental.
También se manifiestan físicamente a través de tensión muscular, taquicardia, sudoración, hipervigilancia y sensación de fatiga.
El yoga trabaja justamente sobre esa interfaz: cuerpo y mente.
A través de posturas físicas (asanas), técnicas de respiración (pranayama) y prácticas de atención plena, se busca inducir un estado de regulación interna que favorezca el bienestar general.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, se reconoce la importancia de técnicas de autorregulación fisiológica para disminuir la activación del sistema nervioso simpático, el cual está implicado en la respuesta de lucha o huida característica de la ansiedad.
Beneficios del yoga en el manejo de la ansiedad y el estrés
Diversos estudios han demostrado que la práctica regular de yoga contribuye a reducir significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés, al mismo tiempo que aumenta los niveles de GABA (ácido gamma-aminobutírico), un neurotransmisor relacionado con la calma y el control de la ansiedad.
Entre sus beneficios más destacados se encuentran:
- Reducción de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Disminución de los síntomas físicos de ansiedad (tensión muscular, fatiga, palpitaciones).
- Mejora de la conciencia corporal y emocional.
- Aumento de la tolerancia al malestar y de la regulación emocional.
- Estimulación del sistema parasimpático, responsable de la calma y la digestión.
En combinación con estrategias cognitivo-conductuales como la reestructuración cognitiva del pensamiento, el yoga puede potenciar el proceso terapéutico al ofrecer un espacio de conexión con el presente.
¿Qué tipo de yoga es más útil para reducir ansiedad y estrés?
No todas las prácticas de yoga son iguales.
Algunas enfatizan la actividad física intensa (como el power yoga o vinyasa), mientras que otras se centran en la calma y la introspección.
Para el manejo del estrés y la ansiedad, se recomienda:
- Yoga restaurativo: utiliza posturas suaves y sostenidas con apoyo de elementos como mantas o bloques. Ideal para activar el sistema parasimpático.
- Hatha yoga: combina posturas básicas con respiración lenta. Es accesible y tiene efectos calmantes.
- Yoga Nidra: una técnica de meditación guiada que se realiza acostado. Muy eficaz para liberar tensiones profundas y facilitar el sueño.
- Yin yoga: mantiene las posturas por varios minutos para trabajar los tejidos conectivos y calmar el sistema nervioso.
Estas variantes, al ser más suaves, permiten que incluso personas con alta activación ansiosa puedan acceder sin riesgo de sobreestimulación.
Yoga y atención plena: un puente hacia el presente
El yoga no solo implica movimiento físico, sino también un entrenamiento en la atención plena.
La práctica constante favorece la observación de pensamientos sin identificarse con ellos, una habilidad fundamental para quienes sufren de ansiedad.
Desde la terapia cognitivo-conductual, esta capacidad de “desfusión cognitiva” es clave para reducir el impacto de los pensamientos ansiosos y recuperar la sensación de control.
Además, la respiración consciente que se practica en yoga actúa como una herramienta de anclaje al momento presente, lo que permite desactivar patrones de rumiación mental y anticipación catastrófica tan frecuentes en los trastornos de ansiedad.
Caso clínico
Felipe, de 42 años, consultó por síntomas de ansiedad generalizada: insomnio, tensión muscular, dificultad para concentrarse y pensamientos intrusivos sobre el futuro.
Junto con su proceso terapéutico cognitivo-conductual, comenzó a asistir a clases de Hatha yoga dos veces por semana.
Al cabo de dos meses, reportó mejoras significativas en su calidad del sueño, reducción de la ansiedad anticipatoria y una mayor conciencia de sus sensaciones corporales.
El yoga no reemplazó la terapia, pero se convirtió en una herramienta clave de autorregulación emocional en su rutina.
Sugerencias prácticas para el lector
- Si nunca has practicado yoga, comienza con clases presenciales o virtuales de Hatha o yoga restaurativo.
- Integra una práctica breve de respiración consciente (pranayama) en tu día a día, especialmente en momentos de tensión.
- Evita exigirte posturas complejas; el objetivo no es el rendimiento, sino la conexión contigo mismo.
- Sé constante: 20 a 30 minutos tres veces por semana pueden marcar una diferencia.
- Combina la práctica de yoga con técnicas de reestructuración cognitiva para abordar tanto lo físico como lo mental.
Conclusión
El yoga no es una cura mágica, pero sí una herramienta efectiva y complementaria en el tratamiento del estrés y la ansiedad.
Su enfoque integral permite trabajar el cuerpo, la respiración y la mente de forma armoniosa.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, el yoga actúa como un entrenamiento en regulación emocional, atención plena y aceptación del momento presente.
Practicar yoga para estrés y ansiedad es, en definitiva, una forma de reconectar contigo y recuperar la calma que tantas veces sientes haber perdido.
Recursos a explorar
- ¿es efectivo el yoga para la ansiedad?
- ¿Cómo saber si tengo ansiedad o estrés?
- Yoga Alliance: Recursos sobre yoga y salud mental
- Artículo de Harvard Health Publishing sobre los beneficios del yoga
Referencias bibliográficas
- Streeter, C. C., Gerbarg, P. L., Saper, R. B., Ciraulo, D. A., & Brown, R. P. (2012). Effects of yoga on the autonomic nervous system, gamma-aminobutyric-acid, and allostasis in epilepsy, depression, and post-traumatic stress disorder. Medical Hypotheses, 78(5), 571-579.
- Hofmann, S. G., Sawyer, A. T., Witt, A. A., & Oh, D. (2010). The effect of mindfulness-based therapy on anxiety and depression: A meta-analytic review. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 78(2), 169–183.
- Li, A. W., & Goldsmith, C. A. (2012). The effects of yoga on anxiety and stress. Alternative Medicine Review, 17(1), 21-35.