Tipos de depresión
¿Qué es la depresión? ya que no toda la depresión es igual. Aunque solemos imaginarla como un estado constante de tristeza, lo cierto es que existen distintos tipos de depresión, cada uno con características, causas y formas de abordaje particulares.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR) clasifica diversas manifestaciones del espectro depresivo, y conocerlas es clave para un tratamiento efectivo.
Es importante indicar que muchos de los síntomas de la depresión son compartidos por la mayoría de los tipos de depresión. Son ciertos síntomas lo que diferencian entre sí.
Desde la psicología cognitivo-conductual, cada tipo implica patrones específicos de pensamiento, emociones y conductas que se pueden identificar y modificar.
Este artículo explora en detalle estas categorías, facilitando una comprensión más precisa de una de las condiciones de salud mental más comunes en el mundo.

Tipos de depresión
Trastorno depresivo mayor: la forma clásica
El trastorno depresivo mayor es el tipo más reconocido.
Se caracteriza por un episodio (o varios) de al menos dos semanas con estado de ánimo deprimido, pérdida de interés o placer, junto con otros síntomas como fatiga, insomnio, culpa excesiva o pensamientos de muerte.
Desde una perspectiva cognitivo-conductual, este trastorno está marcado por una tríada negativa:
- pensamientos distorsionados sobre uno mismo (“no valgo nada”),
- sobre el mundo (“todo está mal”)
- y sobre el futuro (“nada va a mejorar”).
Estos pensamientos se acompañan de evitación conductual, disminución de actividades placenteras y un círculo vicioso de inactividad que refuerza el malestar.
Trastorno depresivo persistente (distimia): la tristeza crónica
La distimia, también llamada trastorno depresivo persistente, se diferencia del anterior por su duración: los síntomas se extienden por al menos dos años en adultos.
Aunque los síntomas pueden ser menos intensos que en el episodio depresivo mayor, su persistencia genera un deterioro significativo en la vida cotidiana.
En el enfoque cognitivo-conductual, se observa un estilo de pensamiento pesimista crónico, una autoimagen negativa estable y hábitos de afrontamiento evitativos.
Las personas suelen normalizar su malestar, creyendo que “siempre han sido así”, lo cual dificulta la búsqueda de ayuda.
Trastorno disfórico premenstrual: cuando el ciclo afecta la emoción
Este tipo de depresión se presenta en la semana previa a la menstruación, con síntomas como irritabilidad, ánimo deprimido, ansiedad, labilidad emocional y disminución del interés en actividades.
El DSM-5-TR requiere que estos síntomas interfieran significativamente en el funcionamiento personal, social o laboral.
Cognitivamente, se asocia a una mayor sensibilidad al estrés, interpretaciones catastrofistas de síntomas físicos y un umbral más bajo para tolerar frustraciones.
Las intervenciones cognitivo-conductuales se centran en reestructurar creencias sobre el cuerpo, el dolor y el control emocional, además de entrenar habilidades de regulación.
Trastorno depresivo inducido por sustancias o medicamentos
Aquí, los síntomas depresivos son consecuencia directa del consumo o abstinencia de una sustancia (alcohol, benzodiacepinas, cocaína, etc.) o del uso de ciertos fármacos.
Esta categoría exige evidencia clara del vínculo temporal entre el consumo y el inicio de los síntomas.
Desde la TCC, el foco está en identificar las funciones que cumple la sustancia (alivio emocional, evasión, etc.) y en reemplazar esas conductas por estrategias saludables de afrontamiento.
También se trabaja la reestructuración de creencias relacionadas con la autoeficacia para manejar el malestar sin recurrir al consumo.
Trastorno depresivo debido a otra afección médica
Algunas enfermedades como el hipotiroidismo, Parkinson, cáncer o accidentes cerebrovasculares pueden provocar síntomas depresivos.
En este caso, el DSM-5-TR considera que la alteración del estado de ánimo es resultado fisiológico directo de la condición médica.
Aunque el origen sea físico, la TCC reconoce que la interpretación de la enfermedad influye en el curso emocional del paciente: pensamientos de pérdida, indefensión o temor a la muerte intensifican el sufrimiento.
El abordaje incluye la psicoeducación, la aceptación de la nueva realidad médica y la reconexión con valores personales que mantengan la motivación vital.
Otros tipos especificados y no especificados
El DSM-5-TR también permite diagnósticos como “trastorno depresivo especificado” o “no especificado” para casos que no encajan exactamente en las categorías anteriores, pero que aún presentan un cuadro clínico significativo.
Por ejemplo, podría incluir síntomas subumbrales, episodios breves pero intensos o depresiones con síntomas mixtos de ansiedad.
En estos casos, desde el modelo cognitivo-conductual se personaliza el tratamiento, analizando las funciones específicas de las conductas problemáticas y los esquemas de pensamiento disfuncional dominantes.
Sugerencias prácticas para el lector
- Si notas tristeza persistente o pérdida de interés, lleva un registro de tus síntomas diarios. Puede ayudarte a identificar el tipo de patrón emocional que vives.
- Consulta con un profesional si los síntomas duran más de dos semanas o interfieren con tus actividades cotidianas. La precisión diagnóstica es clave para una buena intervención.
- Evita autodiagnosticarte: aunque el conocimiento es útil, solo un profesional puede determinar cuál tipo de depresión te afecta.
- Considera la terapia cognitivo-conductual como una de las primeras líneas de tratamiento. Es eficaz para todos los tipos de depresión mencionados. Busca una consulta psicológica online.
- Mantén una rutina de autocuidado activa: dormir bien, comer balanceado, hacer actividad física y mantener vínculos sociales son pilares fundamentales.
Conclusiones
Comprender los tipos de depresión según el DSM-5-TR nos ayuda a desmitificar una condición frecuentemente estigmatizada.
Saber que no todas las depresiones son iguales permite tratamientos más ajustados, mayor compasión hacia quienes la padecen y estrategias más efectivas de autocuidado.
La mirada cognitivo-conductual ofrece herramientas para identificar los patrones de pensamiento y conducta que mantienen el malestar, y abre paso a una transformación activa y gradual del modo en que las personas se relacionan con su mundo interno.
La depresión tiene muchas caras, pero todas pueden ser abordadas con empatía, conocimiento y acción.
Links de interés
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2022). DSM-5-TR: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed. texto revisado).
- Beck, J. S. (2011). Terapia cognitiva: Conceptos básicos y profundización. Desclée de Brouwer.
- Cuijpers, P., Karyotaki, E., et al. (2020). The effects of psychotherapies for major depression in adults on remission, recovery and improvement: A meta-analysis. Journal of Affective Disorders, 277, 98–108.
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