¿Qué causa el estrés?
El estrés es una reacción natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como desafiantes o amenazantes.
Sin embargo, cuando se vuelve constante, puede afectar profundamente nuestra salud física y emocional.
Saber qué causa el estrés es fundamental para prevenir sus efectos y desarrollar herramientas eficaces para enfrentarlo.
En este artículo, exploraremos en profundidad los factores desencadenantes del estrés desde una mirada cognitivo-conductual, explicaremos su impacto y compartiremos estrategias para abordarlo.

¿Qué causa el estrés? Una mirada integral
Factores externos que causan el estrés
Entre los detonantes más comunes del estrés encontramos:
- Problemas laborales (exceso de trabajo, mal ambiente, inseguridad laboral). Estrés laboral.
- Dificultades económicas. Estrés financiero.
- Conflictos familiares o de pareja. Estrés familiar.
- Cambios importantes de vida (mudanzas, separaciones, enfermedades). Estrés adaptativo.
- Exigencias académicas en jóvenes y adultos. Estrés académico.
Estos eventos pueden percibirse como una amenaza directa a nuestra estabilidad, generando respuestas de alarma sostenidas.
Factores internos: cuando la mente también presiona
No solo lo que ocurre fuera nos estresa. Muchas veces, los principales generadores del malestar están en nuestra interpretación:
- Autoexigencia excesiva.
- Pensamientos catastróficos.
- Perfeccionismo.
- Baja autoestima.
- Falta de habilidades de afrontamiento.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, se entiende qué es el estrés es cuando interpretamos los eventos como más graves de lo que realmente son o cuando dudamos de nuestra capacidad para enfrentarlos.
Qué causa el estrés en la actualidad: nuevas fuentes de tensión
En la actualidad, han surgido fuentes de estrés propias de la era digital:
- Sobrecarga de información.
- Comparación constante en redes sociales.
- Hiperconectividad laboral.
- Presión por la productividad continua.
Estos elementos, aunque sutiles, generan una activación permanente del sistema de alerta, interfiriendo con el descanso, la atención plena y el equilibrio emocional.
Qué causa el estrés a nivel físico y psicológico
Cuando no se maneja adecuadamente, el estrés produce síntomas diversos:
Cambios fisiológicos
- Aumento del ritmo cardíaco y presión arterial.
- Tensión muscular.
- Problemas digestivos.
- Alteraciones del sueño.
- Bajada de defensas.
Consecuencias emocionales y cognitivas
- Irritabilidad.
- Sintomas de ansiedad.
- Dificultades de concentración.
- Sensación de agobio.
- Tristeza o desesperanza.
Este conjunto de respuestas físicas y emocionales puede generar un círculo vicioso donde el estrés alimenta nuevas preocupaciones, intensificando el malestar.
¿Qué causa el estrés en distintas etapas de la vida?
En la infancia y adolescencia
Niños y adolescentes también experimentan estrés, muchas veces sin saber nombrarlo. Sus causas incluyen:
- Exigencias escolares.
- Problemas con pares (bullying, aislamiento).
- Conflictos familiares.
- Transiciones escolares o cambios de residencia.
Signos como irritabilidad, regresiones, quejas físicas sin causa médica o bajo rendimiento pueden ser señales de alerta.
En la adultez
Durante esta etapa, las principales causas del estrés son:
- Sobrecarga laboral.
- Doble jornada (trabajo + cuidados familiares).
- Problemas económicos.
- Falta de tiempo para uno mismo.
Cuando no se gestionan, estas presiones pueden derivar en burnout, depresión o enfermedades físicas.
En la vejez
El estrés en adultos mayores puede deberse a:
- Pérdida de seres queridos.
- Cambios en la salud.
- Sensación de inutilidad.
- Aislamiento social.
La intervención temprana en estas etapas es clave para conservar el bienestar psicológico y físico.
¿Cómo abordar el estrés desde la psicología cognitivo-conductual?
Este enfoque ha demostrado gran efectividad para tratar el estrés.
Sus ejes principales son:
Identificar pensamientos disfuncionales
Mucho del estrés proviene de interpretaciones erróneas del entorno.
Detectar pensamientos intrusivos como “no voy a poder”, “todo saldrá mal” o “debo hacerlo perfecto”, permite reemplazarlos por otros más realistas y funcionales.
Entrenar habilidades de afrontamiento
- Solución de problemas.
- Regulación emocional.
- Comunicación asertiva.
- Toma de decisiones.
Estas herramientas reducen la percepción de amenaza y aumentan el control sobre las situaciones estresantes.
Promover conductas de autocuidado
Dormir bien, alimentarse saludablemente, hacer ejercicio, establecer límites y desconectar digitalmente son acciones fundamentales para reducir la sobrecarga.
Sugerencias para el lector
- Haz una lista de las situaciones que más estrés te generan y reflexiona sobre tu forma de interpretarlas.
- Practica técnicas de respiración consciente o mindfulness para reducir la activación fisiológica.
- Evalúa tus niveles de autoexigencia y trabaja en desarrollar una autocompasión más equilibrada.
- Considera acudir a terapia cognitivo-conductual si el malestar persiste o interfiere en tu calidad de vida.
Conclusión
Comprender qué causa el estrés es el primer paso para desactivarlo.
Aunque algunas circunstancias son inevitables, muchas veces el verdadero problema está en cómo pensamos y reaccionamos ante ellas.
Identificar los factores estresantes, mejorar nuestras estrategias de afrontamiento y cuidar nuestra salud mental son acciones fundamentales para vivir con mayor bienestar.
No se trata de eliminar el estrés, sino de transformarlo en una fuerza manejable, que no domine tu día a día.
Recursos útiles para explorar
- Artículo de la American Psychological Association sobre el estrés
- Guía del Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU. sobre el estrés
- ¿Qué es el estrés? Una mirada desde la biología humana
Referencias bibliográficas
- Lazarus, R. S., & Folkman, S. (1984). Stress, Appraisal, and Coping. Springer.
- American Psychological Association. (2023). Stress: The different kinds of stress. APA.org.
- Segerstrom, S. C., & Miller, G. E. (2004). Psychological stress and the human immune system: A meta-analytic study of 30 years of inquiry. Psychological Bulletin, 130(4), 601–630.
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