Qué es el amor propio
Qué es el amor propio

¿Qué es el amor propio desde una mirada cognitiva-conductual?

Qué es el amor propio

En un mundo que constantemente nos exige perfección y nos enfrenta a comparaciones interminables, entender qué es el amor propio se convierte en un pilar esencial para la salud mental.

Desde la perspectiva de la psicología cognitivo-conductual (CBT), el amor propio no es un simple acto de autoestima alta o frases motivacionales pasajeras; es un proceso activo de aceptación, autocompasión y reestructuración cognitiva de pensamientos que nos permiten relacionarnos con nosotros mismos de forma más saludable y funcional.

Reconocer cómo se construye y fortalece este concepto resulta fundamental para prevenir el desarrollo de tipos de ansiedad, tipos de depresión o los trastornos de personalidad, que con frecuencia están ligados a una autovaloración negativa.

Qué es el amor propio
Qué es el amor propio

¿Qué es el amor propio desde una mirada cognitiva-conductual?

Comprendiendo el amor propio en la psicología cognitivo-conductual

Desde el modelo CBT, el amor propio se define como la capacidad de evaluar de manera realista nuestras fortalezas y debilidades, manteniendo una visión equilibrada de uno mismo.

Esto implica cuestionar creencias disfuncionales como “debo ser perfecto para valer” o “los errores me hacen inútil”, que son esquemas disfuncionales comunes en personas con baja autoestima.

Albert Ellis y Aaron Beck, padres fundadores de las terapias cognitivas, destacaron que los pensamientos intrusivos distorsionados fomentan el odio hacia uno mismo, mientras que su identificación y modificación favorecen la construcción de un amor propio más sólido.

Identificación de pensamientos autocríticos

Para fortalecer el amor propio, el primer paso en CBT es identificar los pensamientos intrusivos que alimentan la autocrítica.

Frases como “no soy suficiente” o “nadie me quiere” suelen aparecer de forma casi imperceptible.

Llevar un registro de estos pensamientos y evaluarlos con preguntas como “¿hay evidencia real de esto?” o “¿qué le diría a un amigo que pensara así?” ayuda a distanciarse de la autocrítica.

Reestructuración cognitiva para generar autocompasión

La reestructuración cognitiva permite transformar pensamientos rígidos y punitivos en interpretaciones más amables y realistas.

Por ejemplo, en lugar de pensar “fracasar me hace un perdedor”, se puede reformular como “los errores son oportunidades para aprender y mejorar”.

Esta práctica diaria fortalece la autoaceptación y disminuye la ansiedad relacionada con el rendimiento.

Conductas que fomentan el autocuidado

En CBT, el amor propio también se construye a través de acciones.

Programar actividades placenteras, poner límites saludables, cuidar el descanso y practicar la gratitud son conductas que envían el mensaje interno de que uno merece bienestar.

Estas conductas, reforzadas positivamente, generan un ciclo virtuoso de autoestima.

El papel del diálogo interno compasivo

Un componente clave es entrenar un diálogo interno basado en la autocompasión.

Esto no significa autoindulgencia, sino reconocer las propias dificultades con amabilidad.

Estudios sobre la autocompasión, como los de Kristin Neff, han demostrado que hablarse a uno mismo como lo haría un amigo cercano reduce la autocrítica y fortalece la resiliencia emocional.

Sugerencias prácticas para el lector

  • Realiza un registro semanal de pensamientos autocríticos y escribe alternativas más realistas y amables.
  • Programa actividades que disfrutes y te nutran emocionalmente, al menos una vez a la semana.
  • Practica el ejercicio de la silla vacía: imagina que hablas con un amigo que está pasando por lo mismo que tú y escribe lo que le dirías; luego, léelo como si fueras tú quien lo recibe.
  • Recuerda que el amor propio es un proceso: permite que tus errores sean parte de tu aprendizaje y no una sentencia sobre tu valor.

Conclusiones

Comprender qué es el amor propio desde una perspectiva cognitivo-conductual permite dejar de verlo como un concepto abstracto y convertirlo en un proceso concreto, que se construye a través de la identificación de pensamientos distorsionados, la reestructuración cognitiva, la práctica de conductas de autocuidado y el desarrollo de un diálogo interno compasivo.

Fomentar el amor propio no solo mejora la autoestima, sino que también protege frente a trastornos emocionales y facilita relaciones interpersonales más saludables.

Trabajar en este proceso es una de las mejores inversiones para el bienestar psicológico a largo plazo.

Links de interés

Referencias bibliográficas

  1. Beck, A. T. (2011). Terapia cognitiva de los trastornos emocionales. Paidós.
  2. Neff, K. D. (2011). Self-compassion: The proven power of being kind to yourself. William Morrow.
  3. Ellis, A. (2004). Guía de terapia racional emotiva conductual. Desclée de Brouwer.

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