La generacion ansiosa
En los últimos años se ha instalado con fuerza una idea en medios de comunicación, redes sociales y conversaciones cotidianas: la de que los jóvenes de la Generación Z representan la generación ansiosa.
Es decir, un grupo que vive marcado por el estrés, la preocupación constante, la incertidumbre frente al futuro y una vulnerabilidad emocional más visible que en otras generaciones.
La pregunta no es trivial, porque comprender si esto es un mito o una realidad tiene consecuencias directas en cómo se aborda la salud mental, el diseño de políticas públicas y el desarrollo de programas de intervención psicológica.
Cuando hablamos de ansiedad no nos referimos simplemente a un nerviosismo pasajero, sino a una experiencia emocional que puede convertirse en un trastorno clínico si interfiere con el bienestar, el desempeño académico o laboral y la vida social.
En este artículo exploraremos si realmente la Generación Z es la generación ansiosa, qué factores explican este fenómeno, cómo se manifiestan sus síntomas y qué se puede hacer para afrontarlo desde la psicología cognitivo-conductual.

¿Es la generación Z la generación ansiosa?
El contexto histórico y social de la Generación Z
Para comprender por qué se habla de la Generación Z como la generación ansiosa, es necesario analizar el contexto en el que crecieron.
Este grupo incluye a los nacidos entre mediados de los años 90 y principios del 2010, es decir, personas que hoy en día tienen entre 13 y 28 años aproximadamente.
Son los primeros nativos digitales en sentido estricto, es decir, no conocieron un mundo sin internet ni redes sociales.
La vida de esta generación ha estado marcada por múltiples crisis: la económica del 2008, la pandemia del COVID-19, los efectos visibles del cambio climático, la inflación global y un mercado laboral precarizado.
Además, han crecido en un entorno hiperdigitalizado, donde la comparación social, la hiperconexión y la sobreexposición a estímulos pueden aumentar la vulnerabilidad emocional.
La psicología cognitivo-conductual señala que la ansiedad surge cuando la percepción de amenaza supera a los recursos percibidos para enfrentarla.
Si se piensa en la Generación Z, este desequilibrio aparece con claridad: sienten que enfrentan un futuro incierto, perciben pocas oportunidades y, al mismo tiempo, están expuestos a mensajes constantes de éxito y productividad que elevan la autocrítica.
Ansiedad: ¿síntoma generacional o problema universal?
Antes de etiquetar a la Generación Z como la generación ansiosa, conviene detenerse en una cuestión clave: la ansiedad no es exclusiva de ellos.
Todas las generaciones han lidiado con miedos e incertidumbres propias de su época. Sin embargo, lo que distingue a la Generación Z es la forma en que estas ansiedades se expresan y la visibilidad que adquieren.
Las estadísticas muestran un aumento significativo en diagnósticos de ansiedad en adolescentes y adultos jóvenes durante los últimos 15 años. Esto podría interpretarse como una señal inequívoca de que esta generación es más ansiosa.
Pero también es cierto que hoy hay mayor conciencia sobre salud mental, menos estigmatización y más acceso a información, lo que hace que las personas pidan ayuda con mayor frecuencia.
Desde una perspectiva cognitivo-conductual, la ansiedad se mantiene en la medida en que las personas interpretan sus pensamientos automáticos como verdades absolutas y no los cuestionan.
En la Generación Z, la inmediatez digital y la sobrecarga de información refuerzan estas creencias negativas, aumentando la vulnerabilidad.
Por ejemplo, un comentario negativo en redes puede convertirse en una evidencia de “no ser suficiente”, lo que dispara síntomas ansiosos.
Factores que explican la ansiedad en la Generación Z
La construcción de la idea de la generación ansiosa responde a múltiples factores interrelacionados:
- Tecnología y redes sociales. La constante exposición a comparaciones sociales, validación a través de “likes” y noticias negativas incrementa la sensación de insuficiencia y peligro.
- Incertidumbre económica y laboral. Muchos jóvenes perciben un futuro sin estabilidad, lo que genera ansiedad anticipatoria.
- Cambio climático y crisis globales. La llamada “ecoansiedad” es un ejemplo de cómo los problemas globales afectan directamente a la salud mental de los jóvenes.
- Cultura de la productividad. Existe una presión por destacar, ser exitoso y “aprovechar el tiempo”, lo que puede traducirse en estrés crónico.
- Mayor conciencia en salud mental. Paradójicamente, al haber más información sobre trastornos psicológicos, los jóvenes reconocen sus síntomas más fácilmente y se autodenominan ansiosos.
¿Cómo se manifiesta la ansiedad en la Generación Z?
Los síntomas de ansiedad en la Generación Z no difieren sustancialmente de otras generaciones, pero adquieren particularidades en su expresión.
Entre los más frecuentes se encuentran:
- Pensamientos repetitivos sobre el futuro.
- Sensación de no estar a la altura de los demás.
- Necesidad de validación externa en redes sociales.
- El insomnio o dificultades para desconectarse de pantallas.
- Síntomas físicos como taquicardia, sudoración o tensión muscular.
- Evitación de situaciones sociales presenciales, mientras se refugian en interacciones digitales.
Desde la terapia cognitivo-conductual se entiende que estos síntomas son el resultado de pensamientos automáticos disfuncionales que se retroalimentan con conductas evitativas.
Por ejemplo, si un joven evita salir a eventos sociales por temor a no ser aceptado, confirma su creencia de que “nadie lo valorará”, perpetuando el círculo ansioso.
Caso clínico ilustrativo
Ana, de 21 años, estudiante universitaria, consulta por ansiedad social.
Refiere que pasa varias horas al día revisando su Instagram y TikTok, comparándose con influencers y compañeros.
Cuando recibe menos interacciones de lo esperado, experimenta pensamientos como: “Soy invisible” o “no le importo a nadie”. Esto la lleva a evitar hablar en clases, a cancelar salidas con amigos y a sentirse atrapada en un ciclo de angustia.
El tratamiento desde la terapia cognitivo-conductual se centró en identificar sus pensamientos automáticos, cuestionarlos a través de técnicas como el debate cognitivo y fomentar la exposición gradual a situaciones sociales.
A los tres meses, Ana reportaba sentirse más segura y menos dependiente de la validación externa.
Este caso muestra cómo la ansiedad en la Generación Z está profundamente ligada al mundo digital y cómo puede abordarse con herramientas psicológicas basadas en evidencia.
Estrategias para afrontar la ansiedad en la Generación Z
Para quienes se sienten parte de la generación ansiosa, existen estrategias prácticas que ayudan a manejar los síntomas:
- Entrenar la atención plena (mindfulness). Ayuda a disminuir la rumiación y a reconectar con el presente.
- Cuestionar pensamientos automáticos. Usar registro de pensamientos cognitivos para identificar creencias irracionales.
- Regular el uso de pantallas. Implementar horarios sin redes sociales y momentos de desconexión.
- Fomentar la exposición gradual. Afrontar de manera progresiva aquellas situaciones que generan ansiedad.
- Practicar autocuidado. Mantener hábitos de sueño, alimentación y ejercicio saludables.
- Buscar apoyo terapéutico. La terapia cognitivo-conductual ofrece técnicas efectivas para reducir la ansiedad.
Reflexión final
Entonces, ¿es justo llamar a la Generación Z la generación ansiosa? La respuesta es compleja.
Sí existen factores contextuales y culturales que potencian la aparición de síntomas de ansiedad en esta generación, y las estadísticas confirman un aumento en la demanda de atención psicológica.
Sin embargo, más que una etiqueta, lo importante es reconocer que estamos frente a un grupo que ha visibilizado la salud mental como nunca antes.
Nombrarlos como la generación ansiosa puede ser un estigma, pero también puede abrir un espacio para comprender sus necesidades y ofrecer herramientas efectivas.
La ansiedad no tiene por qué definir a la Generación Z; puede convertirse en el punto de partida para construir una cultura donde pedir ayuda sea normal y cuidar la mente sea tan importante como cuidar el cuerpo.
Recursos útiles a explorar
- Organización Mundial de la Salud – Salud Mental en Jóvenes
- Asociación Americana de Psicología – Ansiedad
- ¿Qué es un trastorno de ansiedad?
- ¿Cómo es el insomnio por ansiedad?
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª ed.).
- Beck, A. T., & Clark, D. A. (1997). An information processing model of anxiety: Automatic and strategic processes. Behaviour Research and Therapy, 35(1), 49-58.
- Twenge, J. M. (2017). iGen: Why Today’s Super-Connected Kids Are Growing Up Less Rebellious, More Tolerant, Less Happy–and Completely Unprepared for Adulthood. Atria Books.
- World Health Organization. (2022). Mental health and COVID-19: Early evidence of the pandemic’s impact.