Escala de ansiedad de Hamilton
En el mundo de la salud mental, las escalas estandarizadas juegan un papel clave en la evaluación inicial de síntomas psicológicos.
Una de las más conocidas es la escala de ansiedad de Hamilton, una herramienta desarrollada en 1959 por el psiquiatra Max Hamilton con el objetivo de medir la severidad de la ansiedad clínica.
Aunque fue diseñada originalmente para ser aplicada por profesionales, su estructura permite hoy adaptar una versión autoaplicable, útil para personas que deseen conocer de forma preliminar el nivel de ansiedad que experimentan.
En este artículo conocerás cómo se compone esta escala, su utilidad clínica y cómo puedes aplicarla en ti mismo con responsabilidad.

¿Qué es la escala de ansiedad de Hamilton?
La escala de ansiedad de Hamilton (HAM-A) fue una de las primeras en intentar cuantificar de forma objetiva el nivel de ansiedad de un paciente.
Está compuesta por 14 ítems que evalúan tanto síntomas psíquicos (como la preocupación o el miedo) como síntomas somáticos (como la tensión muscular o las palpitaciones).
Cada ítem se puntúa entre 0 (ausente) y 4 (grave), lo que da un puntaje total que puede ir de 0 a 56.
Aunque la escala se utiliza principalmente en contextos clínicos para evaluar la respuesta a tratamientos, también es valiosa para brindar una aproximación inicial cuando se sospecha de ansiedad significativa.
¿Cómo se interpreta la escala de ansiedad de Hamilton?
La puntuación total se interpreta de la siguiente manera:
- 0–17 puntos: ansiedad leve
- 18–24 puntos: ansiedad moderada
- 25–30 puntos o más: ansiedad grave
Estas cifras no reemplazan una evaluación profesional, pero pueden ser útiles como una señal de alerta para consultar con un psicólogo o psiquiatra.
¿Qué mide exactamente la escala de ansiedad de Hamilton?
Los ítems se agrupan en dos grandes dominios:
- Ansiedad psíquica: preocupación, miedos, insomnio, irritabilidad, dificultad de concentración, etc.
- Ansiedad somática: síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, temblores, molestias digestivas o cefaleas tensionales.
Escala de ansiedad de Hamilton autoaplicable
A continuación, se presenta una adaptación de la escala HAM-A para autoevaluación.
Se sugiere responder con calma, idealmente en un momento sin interrupciones, pensando en cómo te has sentido en los últimos 7 días.
Instrucciones:
Lee cada ítem y elige la opción que más se ajuste a lo que has sentido.
Usa esta escala:
- 0: Ausente
- 1: Leve
- 2: Moderado
- 3: Severo
- 4: Muy severo
Ítems:
- Estado de ánimo ansioso (tensión, temor, anticipación de lo peor)
- Tensión (sensación de estar al límite, irritable, incapacidad para relajarse)
- Miedos (a la oscuridad, a estar solo, a personas desconocidas, etc.)
- Insomnio (dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes)
- Problemas intelectuales (dificultad para concentrarse, pensamientos confusos)
- Estado de ánimo deprimido (tristeza, pérdida de interés, llanto fácil)
- Quejas somáticas musculares (dolor de espalda, rigidez, temblores)
- Quejas somáticas sensoriales (mareos, tinnitus, visión borrosa)
- Quejas cardiovasculares (palpitaciones, opresión en el pecho)
- Quejas respiratorias (sensación de falta de aire, hiperventilación)
- Quejas gastrointestinales (náuseas, molestias abdominales, diarrea)
- Quejas genitourinarias (frecuencia urinaria, disfunción sexual)
- Síntomas autonómicos (boca seca, sudoración, mareo)
- Comportamiento durante la evaluación (inquietud motora, expresión ansiosa)
Interpretación:
Suma todos los puntajes. Si el resultado es superior a 17, es recomendable consultar con un profesional para una evaluación clínica completa.
Consideraciones importantes
Esta escala no sustituye un diagnóstico clínico.
Solo un profesional de salud mental puede determinar si existe un trastorno de ansiedad y qué tipo de tratamiento es el más adecuado.
La HAM-A autoaplicable puede servir como herramienta de autoconocimiento y como punto de partida para buscar apoyo.
Sugerencias prácticas para el lector
- Usa la escala solo como orientación. Si tu puntuación es moderada o alta, agenda una sesión con un especialista.
- Si detectas un patrón de síntomas persistentes, complementa la evaluación con un diario emocional que registre pensamientos y sensaciones diarias.
- Practica técnicas de autorregulación como respiración profunda o mindfulness mientras buscas atención profesional.
- Comparte esta herramienta con personas cercanas si notas signos de ansiedad en ellas, siempre invitando al acompañamiento clínico.
- Prueba la escala más validad sobre la ansiedad: la escala de ansiedad de Beck.
Conclusión
La escala de ansiedad de Hamilton es una herramienta válida, incluso en su versión autoaplicable, para entender la intensidad de los síntomas ansiosos que podrías estar experimentando.
Su utilidad no está en diagnosticar, sino en motivar una reflexión seria sobre el estado de tu salud mental.
Identificar la ansiedad es el primer paso para regularla y mejorar tu calidad de vida. Y como en toda dificultad psicológica, la intervención temprana es la clave.
Recursos útiles para explorar
Referencias bibliográficas
- Hamilton, M. (1959). The assessment of anxiety states by rating. British Journal of Medical Psychology, 32(1), 50–55.
- Beck, J. S. (2011). Terapia cognitiva: Conceptos básicos y profundización. Ediciones Paidós.
- Barlow, D. H. (2002). Anxiety and its disorders. Guilford Press.
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