Efectos secundarios de la marihuana
Efectos secundarios de la marihuana

Efectos secundarios de la marihuana: lo que necesitas saber desde la psicología

Efectos secundarios de la marihuana

La marihuana, conocida también como cannabis, es una de las sustancias psicoactivas más utilizadas en el mundo, siendo muchas veces que las personas desconocen los efectos secundarios de la marihuana.

Su uso, que históricamente ha estado vinculado al placer, la relajación o fines terapéuticos, ha ganado terreno en contextos legales y culturales diversos.

Sin embargo, más allá del debate sobre su legalización, es fundamental comprender con claridad los efectos secundarios de la marihuana, especialmente cuando se consume con frecuencia o durante periodos prolongados.

Desde la perspectiva de la psicología cognitivo-conductual, entender cómo esta sustancia influye en la mente y el comportamiento humano es clave para promover decisiones informadas, prevenir el malestar asociado a su consumo, y fomentar hábitos más saludables cuando sea necesario.

Efectos secundarios de la marihuana
Efectos secundarios de la marihuana

¿Cómo actúa la marihuana en el cerebro?

El principal compuesto psicoactivo de la marihuana es el tetrahidrocannabinol (THC), el cual interactúa con el sistema endocannabinoide del cerebro. Este sistema está involucrado en funciones como la memoria, el apetito, el sueño, el estado de ánimo y la percepción del dolor.

El THC activa receptores específicos en el cerebro (CB1), alterando la forma en que las neuronas se comunican entre sí. Esta alteración es lo que genera los efectos inmediatos del cannabis: sensación de euforia, distorsión temporal, aumento del apetito y una sensación subjetiva de relajación o conexión.

Pero, ¿qué sucede cuando su consumo se vuelve más frecuente o sostenido?

Es aquí donde aparecen los efectos secundarios de la marihuana, que pueden ir desde molestias físicas leves hasta impactos significativos en la salud mental.

Efectos secundarios de la marihuana a corto plazo

Los efectos secundarios inmediatos o de corto plazo pueden variar según la dosis, la vía de consumo y la tolerancia del usuario.

Entre los más comunes se encuentran:

1. Deterioro de la memoria y la atención

El THC afecta el hipocampo, estructura cerebral vinculada a la formación de nuevos recuerdos.

Esto puede generar dificultades para recordar información reciente o para sostener la atención durante tareas complejas.

2. Alteración del juicio y la coordinación motora

El consumo puede dificultar la toma de decisiones racionales y afectar la coordinación, lo que incrementa el riesgo de accidentes, especialmente al conducir o manejar maquinaria.

3. Ansiedad o paranoia

Aunque muchas personas usan marihuana para relajarse, en otras puede generar efectos contrarios, como ansiedad intensamente, pensamientos paranoides o pánico, especialmente con dosis elevadas o en personas con predisposición a tipos de ansiedad.

4. Ojos rojos, boca seca y taquicardia

Síntomas físicos inmediatos que, aunque no graves, pueden ser molestos y generar incomodidad, especialmente en espacios sociales o laborales.

Efectos secundarios de la marihuana a largo plazo

El uso sostenido de marihuana puede tener implicancias importantes en distintas áreas del funcionamiento.

A continuación, se detallan los efectos más relevantes:

1. Déficits cognitivos persistentes

El consumo crónico puede afectar de manera más estable la memoria, la concentración y la capacidad para planificar o resolver problemas.

Esto se observa con mayor frecuencia en personas que iniciaron el consumo en la adolescencia.

Desde el enfoque cognitivo-conductual, estas dificultades interfieren directamente en la autorregulación, la resolución de problemas y la capacidad de desarrollar y mantener hábitos saludables.

2. Síntomas depresivos y ansiosos

Diversos estudios muestran una relación entre el consumo frecuente de marihuana y una mayor prevalencia de síntomas depresivos y trastornos de ansiedad.

Además la marihuana y ansiedad tienen una relación más estrecha, ya que los efectos de la ansiedad como los pensamientos intrusivos negativos o los pensamientos catastróficos, al ser amplificado por los efectos psicoactivos de la marihuana, pueden llevar a experiencias desagradables para el consumidor, como sensación de encierro, pensamientos persecutorios o la llamada popular “pálida” (una baja de presión).

Aunque la relación es compleja (a veces es una forma de automedicación), el efecto a largo plazo puede ser un agravamiento de estos cuadros.

3. Riesgo de dependencia

Si bien muchas personas creen que la marihuana no es adictiva, lo cierto es que puede generar dependencia psicológica.

La persona desarrolla tolerancia (necesita más para sentir los mismos efectos) y puede experimentar síntomas de abstinencia al suspender el consumo (irritabilidad, ansiedad, insomnio, disminución del apetito).

4. Síndrome amotivacional

Este patrón incluye apatía, falta de interés, disminución de la motivación y dificultad para sostener rutinas, metas personales o actividades significativas.

5. Riesgo de trastornos psicóticos

El uso intensivo de marihuana, especialmente variedades con alto contenido de THC, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar episodios psicóticos en personas con predisposición genética.

Impacto en la salud física

Aunque muchas veces el foco está en los efectos mentales y emocionales, también existen efectos secundarios físicos del uso prolongado:

  • Problemas respiratorios: la inhalación de marihuana combustiona irrita los pulmones, generando tos crónica, bronquitis y, en algunos casos, daño pulmonar.
  • Alteración del sistema inmunológico: algunos estudios sugieren que el THC puede afectar negativamente la respuesta inmunitaria.
  • Disminución de la fertilidad: se ha observado reducción de la producción de esperma y alteraciones hormonales en hombres.

¿Por qué se mantiene el consumo a pesar de los efectos negativos?

Desde una mirada cognitivo-conductual, el consumo puede tener funciones reforzadoras en el corto plazo: alivio del estrés, evasión de emociones difíciles, mejoría temporal del estado de ánimo.

Este patrón refuerza la conducta, aunque a largo plazo genere malestar.

Además, algunas creencias disfuncionales pueden mantener el consumo:

  • “Sin fumar, no puedo relajarme.”
  • “No es tan grave, todos lo hacen.”
  • “Podría dejarlo cuando quiera.”

Estas creencias pueden ser desafiadas en terapia mediante reestructuración cognitiva, fomentando pensamientos más realistas y estrategias de regulación emocional alternativas.

¿Cómo saber si estoy desarrollando una relación problemática con la marihuana?

Algunas señales de alerta:

  • Necesidad de consumir a diario para “sentirse normal”.
  • Pérdida de interés en otras actividades placenteras.
  • Dificultad para dejar de consumir a pesar de querer hacerlo.
  • Impacto negativo en el rendimiento laboral, académico o en relaciones personales.
  • Uso para evitar emociones o situaciones difíciles.

Además, aprende a como identificar una adicción.

Sugerencias para manejar o reducir el consumo

Si te preocupa el impacto del cannabis en tu vida, considera estas estrategias prácticas:

1. Autoevaluación consciente

Lleva un registro de cuándo, cuánto y por qué consumes.

Esto permite identificar patrones automáticos.

2. Establece pausas o límites

Fijar días sin consumo o reducir la dosis puede ayudarte a observar cómo te afecta realmente.

3. Fortalece otras fuentes de bienestar

Reemplaza el consumo por actividades que también regulen tu estado emocional: ejercicio, meditación, lectura, actividades creativas.

4. Explora tus pensamientos

¿Qué piensas antes y después de consumir?

¿Qué emociones estás evitando?

Estas preguntas abren la puerta a un trabajo profundo.

5. Busca apoyo profesional

La terapia cognitivo-conductual puede ayudarte a identificar la función del consumo, desarrollar nuevas habilidades y retomar el control de tu bienestar.

Conclusión

Los efectos secundarios de la marihuana son variados y dependen de múltiples factores: dosis, frecuencia, edad de inicio, vulnerabilidad psicológica y contexto.

Aunque muchas personas consumen cannabis sin experimentar consecuencias graves, otras pueden desarrollar cuadros de ansiedad, depresión, desmotivación o dependencia.

Desde la psicología cognitivo-conductual, es fundamental comprender el rol que juega el consumo en la vida de una persona.

No se trata de moralizar ni de prohibir, sino de aumentar la conciencia sobre los riesgos, promover alternativas saludables, y ofrecer herramientas prácticas para quienes deseen modificar su relación con esta sustancia.

La reflexión informada y la autocompasión son los mejores aliados para tomar decisiones que estén alineadas con tus valores y objetivos personales.

Recursos útiles a explorar

Referencias bibliográficas

  • Volkow, N. D., Baler, R. D., Compton, W. M., & Weiss, S. R. (2014). Adverse health effects of marijuana use. New England Journal of Medicine, 370(23), 2219–2227.
  • Hall, W., & Degenhardt, L. (2009). Adverse health effects of non-medical cannabis use. The Lancet, 374(9698), 1383–1391.
  • Budney, A. J., & Hughes, J. R. (2006). The cannabis withdrawal syndrome. Current Opinion in Psychiatry, 19(3), 233–238.