Diferencia entre dipsomanía y alcoholismo
La palabra dipsomanía suena poco común, casi arcaica, pero ha sido utilizada durante décadas para describir un patrón muy particular de consumo de alcohol.
En la actualidad, es frecuente confundir este término con el concepto más conocido, que es el alcoholismo.
Sin embargo, aunque ambas condiciones se relacionan con el abuso de bebidas alcohólicas, presentan diferencias clínicas y conductuales importantes.
Comprender la diferencia entre dipsomanía y alcoholismo puede marcar una gran diferencia en el diagnóstico y tratamiento adecuado.
Desde la psicología cognitivo-conductual, entender los patrones, creencias y emociones que subyacen a cada una de estas conductas permite intervenir con mayor precisión, adaptando el abordaje terapéutico a las características de cada caso.

Diferencia entre dipsomanía y alcoholismo
¿Qué es la dipsomanía?
La dipsomanía es un término histórico que se refería a un tipo de impulso irresistible y episódico por consumir grandes cantidades de alcohol, seguido por períodos prolongados de abstinencia.
Es decir, la persona pasaba semanas o meses sin beber, pero en determinados momentos experimentaba un deseo abrumador, casi incontrolable, que la llevaba a episodios intensos de embriaguez.
Este patrón se puede entender como un tipo de comportamiento compulsivo, muchas veces relacionado con estados emocionales intensos, como ansiedad o depresión.
Aunque el término ya no aparece como diagnóstico formal en el DSM-5 o el CIE-11, todavía es útil para describir ciertos casos clínicos donde el consumo no es constante, pero sí altamente destructivo.
¿Qué es el alcoholismo?
En cambio, el alcoholismo, también conocido como trastorno por consumo de alcohol, es una condición médica reconocida que implica una dependencia física y/o psicológica sostenida hacia el alcohol.
Se caracteriza por:
- Un deseo persistente o esfuerzos infructuosos por reducir el consumo.
- Tolerancia: necesidad de consumir más alcohol para lograr el mismo efecto.
- Síntomas de abstinencia cuando se interrumpe el consumo.
- Consumo continuo a pesar de consecuencias negativas (laborales, sociales, médicas).
A diferencia de la dipsomanía, en el alcoholismo el patrón de consumo suele ser más frecuente, mantenido en el tiempo, y con una clara pérdida de control voluntario.
Principales diferencias entre dipsomanía y alcoholismo
Para entender claramente la diferencia entre dipsomanía y alcoholismo, es necesario observar cinco aspectos clave:
- Frecuencia del consumo:
- Dipsomanía: episódico e irregular.
- Alcoholismo: frecuente y sostenido.
- Motivación emocional:
- Dipsomanía: fuerte impulso interno, a veces vinculado a crisis emocionales puntuales.
- Alcoholismo: consumo mantenido para evitar el malestar o por hábito dependiente.
- Conciencia del problema:
- Dipsomanía: mayor remordimiento después de los episodios.
- Alcoholismo: puede haber negación persistente o justificación del consumo.
- Síntomas físicos:
- Dipsomanía: menos evidentes, dada la intermitencia.
- Alcoholismo: presencia clara de tolerancia y abstinencia.
- Diagnóstico actual:
- Dipsomanía: no reconocido como trastorno independiente en clasificaciones modernas.
- Alcoholismo: diagnóstico formal con criterios específicos en el DSM-5 y el CIE-11.
Desde una mirada cognitivo-conductual, ambas condiciones se sostienen sobre creencias disfuncionales, esquemas emocionales desadaptativos y una pobre regulación emocional.
Sin embargo, el abordaje clínico requiere adaptar la frecuencia y el tipo de intervención según el caso.
Caso práctico
Mónica, de 38 años, no bebía durante largos períodos.
Sin embargo, cuando enfrentaba rupturas afectivas o episodios de ansiedad intensamente, podía pasar un fin de semana completo bebiendo sin control.
Posteriormente, se sentía avergonzada, se aislaba socialmente y evitaba hablar del tema. Su patrón encajaba con lo que tradicionalmente se conoce como dipsomanía.
En terapia, se trabajaron sus esquemas de abandono, su estilo de afrontamiento emocional y la búsqueda de recursos alternativos para tolerar el malestar emocional.
Con el tiempo, logró identificar los detonantes de su consumo y construir estrategias más funcionales para enfrentarlos.
Sugerencias para el lector
- Observa los patrones: ¿el consumo es regular o episódico? Esto puede ayudarte a entender mejor tu situación.
- Registra detonantes emocionales: identifica si hay eventos o estados emocionales específicos que preceden el consumo.
- Consulta a un profesional de salud mental: tanto la dipsomanía como el alcoholismo requieren acompañamiento terapéutico.
- No minimices los episodios intermitentes: aunque no bebas todos los días, los episodios intensos también tienen consecuencias graves.
- Desarrolla estrategias de autorregulación emocional: meditación, ejercicio, escritura terapéutica y técnicas de respiración pueden ser útiles.
Conclusión
Comprender la diferencia entre dipsomanía y alcoholismo permite una aproximación más precisa y compasiva hacia quienes enfrentan desafíos con el consumo de alcohol.
Aunque ambos patrones pueden resultar perjudiciales, no son equivalentes, y requieren abordajes personalizados desde la psicoterapia.
La clave está en identificar las causas subyacentes, trabajar las emociones difíciles y construir formas más saludables de afrontar el malestar.
Tanto si el consumo es constante como si aparece de forma explosiva, lo importante es pedir ayuda y comenzar un camino de comprensión y sanación.
Recursos a explorar
- ¿Cómo prevenir el alcoholismo?
- 10 consecuencias del alcoholismo
- Organización Mundial de la Salud – Consumo nocivo de alcohol
- National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism (NIAAA)
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).
- López-Castro, T., & Hoffmann, E. (2016). Understanding craving and compulsive drinking. Addictive Behaviors Reports, 3, 43-49.
- Organización Mundial de la Salud. (2022). Informe mundial sobre el alcohol y la salud.