¿Cómo son las crisis de pánico en adolescentes?
Las crisis de pánico en adolescentes son una de las expresiones más intensas y desconcertantes de la ansiedad juvenil.
Aunque muchos padres, docentes y cuidadores puedan confundirlas con reacciones exageradas o simples episodios de nerviosismo, lo cierto es que se trata de una condición psicológica real que merece atención profesional.
Conocer cómo se manifiestan y cómo intervenir es clave para prevenir su cronificación.

¿Cómo son las crisis de pánico en adolescentes?
Las crisis de pánico en adolescentes suelen aparecer de manera repentina, con una combinación de síntomas físicos y cognitivos que generan un alto nivel de malestar.
Entender qué es una crisis de pánico desde la perspectiva de la psicología cognitivo-conductual, estas crisis se explican por interpretaciones erróneas de sensaciones corporales normales, que se perciben como señales de un peligro inminente.
El cuerpo activa el sistema de alerta, generando una respuesta de lucha o huida, aunque no exista una amenaza real.
Durante el episodio, el adolescente puede sentir:
- Palpitaciones intensas
- Sudoración
- Mareos
- Dificultad para respirar
- Temblores
- Dolor en el pecho por ansiedad
- Desrealización
- Un miedo intenso a morir, volverse loco o perder el control.
A nivel conductual, estas sensaciones suelen ir acompañadas de evitación: la persona comienza a temer ciertos lugares, como la sala de clases, el transporte público o eventos sociales, por miedo a experimentar otra crisis.
Todos estos síntomas son antigentes a los síntomas de crisis de pánico DSM V.
¿Cómo se manifiestan las crisis de pánico en adolescentes?
Uno de los principales desafíos al tratar la crisis de pánico en adolescentes es su reconocimiento.
Muchos adolescentes no cuentan con el lenguaje emocional necesario para describir lo que sienten.
Usualmente, mencionan que “algo raro me pasa”, que “me ahogo sin razón” o que “mi corazón se quiere salir”.
A menudo acuden primero a urgencias médicas, donde no se encuentra una causa física clara.
Es importante considerar que en la adolescencia hay factores que intensifican la vulnerabilidad al pánico:
- Los cambios hormonales
- La presión social
- Las expectativas académicas
- La autoimagen corporal
- El uso excesivo de redes sociales. Diferencia con la adicción a redes sociales.
Todos estos elementos contribuyen a un estado emocional más lábil y a una mayor exposición a situaciones estresantes.
Desde la psicología cognitivo-conductual, se trabaja con la identificación de pensamientos intrusivos que disparan la ansiedad (“voy a morir”, “nadie me va a ayudar”, “me volveré loco”) y se entrenan estrategias para reinterpretar esas sensaciones como inofensivas.
El tratamiento también incluye técnicas de exposición gradual interoceptiva, en las que el adolescente aprende a tolerar las sensaciones físicas sin catastrofizarlas.
¿Qué consecuencias puede tener no tratar una crisis de pánico en adolescentes?
Si no se interviene de forma oportuna, las crisis de pánico en adolescentes pueden generar un impacto significativo en su funcionamiento diario.
La evitación de ciertas situaciones puede derivar en:
- Ausentismo escola
- Aislamiento social
- Disminución del rendimiento académico
- Sentimientos de desesperanza
En algunos casos, esto se asocia al desarrollo de trastornos depresivos o del ánimo.
Además, la vergüenza o el temor a ser incomprendidos puede llevar a los adolescentes a ocultar su malestar, lo que dificulta aún más el acceso a un tratamiento adecuado.
Por eso es fundamental sensibilizar tanto a los adultos responsables como a los propios jóvenes sobre la importancia de consultar con profesionales de la salud mental ante estos síntomas.
Un enfoque terapéutico adecuado ayuda a recuperar el sentido de control, a reducir el miedo anticipatorio y a evitar que el problema se cronifique.
El tratamiento cognitivo-conductual es considerado el más eficaz para el trastorno de pánico en adolescentes, tanto en intervenciones individuales como familiares.
¿Qué hacer si un adolescente sufre una crisis de pánico?
Frente a una crisis de pánico en adolescentes, lo más importante es validar la experiencia sin juzgar ni minimizar.
Decir frases como “no pasa nada” o “tranquilízate” puede aumentar la sensación de incomprensión.
En cambio, ofrecer contención emocional y respiraciones guiadas puede ayudar a reducir la intensidad del episodio.
Posteriormente, es crucial buscar ayuda profesional.
La terapia cognitivo-conductual permite:
- Identificar y modificar los patrones de pensamiento que mantienen el pánico,
- Enseñar técnicas de regulación emocional
- Fomentar la exposición progresiva a las situaciones temidas.
En algunos casos, el tratamiento puede combinarse con apoyo farmacológico, especialmente si hay otros trastornos asociados.
También es útil involucrar a la familia en el proceso terapéutico, ya que los padres y cuidadores juegan un rol clave en contener, guiar y acompañar al adolescente en su proceso de recuperación.
Profundiza más en ¿Qué hacer en crisis de pánico?
Sugerencias prácticas para abordar las crisis de pánico en adolescentes
- Escucha activa y sin juicios: valida lo que el adolescente siente, sin minimizar ni ridiculizar sus emociones.
- Promueve la educación emocional: ayúdalo a nombrar lo que le sucede con un lenguaje claro y comprensible.
- Facilita el acceso a apoyo psicológico: idealmente con un enfoque cognitivo-conductual.
- Evita fomentar la evitación: acompaña, pero no refuerces el miedo evitando todas las situaciones que generen ansiedad.
- Fomenta rutinas saludables: como ejercicio regular, sueño adecuado, reducción del consumo de cafeína y uso moderado de pantallas.
- Comunícate con el entorno escolar: informa a profesores o personal de orientación si es necesario adaptar situaciones temporales.
Conclusión
Las crisis de pánico en adolescentes son un problema psicológico serio que puede interferir con su desarrollo si no se trata adecuadamente.
Lejos de ser simples episodios pasajeros, son señales de que algo necesita atención emocional y profesional.
La intervención desde la psicología cognitivo-conductual permite ayudar al adolescente a comprender lo que le sucede, enfrentar sus miedos y retomar sus actividades cotidianas con seguridad.
Con apoyo y orientación, la recuperación es posible.
Links de interés
- Crisis de pánico en adolescentes – KidsHealth
- Ansiedad en adolescentes – Asociación Americana de Psicología (APA)
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
- Kendall, P. C. (2011). Terapia cognitivo-conductual para niños y adolescentes con ansiedad. Guilford Press.
- Albano, A. M., & DiBartolo, P. M. (2007). Cognitive-Behavioral Therapy for Social Phobia in Adolescents. Oxford University Press.