Concepto de autoestima
Comprender el concepto de autoestima es fundamental para cualquier proceso de desarrollo personal o terapia psicológica.
En psicología cognitivo-conductual, la autoestima se considera una construcción clave que influye en la forma en que pensamos, sentimos y actuamos.
Más allá de una simple evaluación de nuestro valor personal, se trata de un sistema de creencias aprendidas que puede ser fortalecido, modificado o reconstruido a lo largo de la vida.

¿Cómo se define el concepto de autoestima?
¿Qué es la autoestima desde la psicología cognitivo-conductual?
El concepto de autoestima puede definirse como la valoración general que una persona tiene de sí misma, basada en la percepción de sus capacidades, logros, relaciones y valores.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, esta valoración se construye a partir de pensamientos intrusivos, esquemas mentales y experiencias pasadas, especialmente aquellas vinculadas al refuerzo o castigo recibido durante la infancia.
Una persona con buena autoestima tiende a mantener pensamientos realistas y compasivos hacia sí misma.
En cambio, una autoestima baja suele acompañarse de distorsiones cognitivas como la generalización, la minimización de lo positivo y el pensamiento dicotómico.
Estos patrones pueden sostener una visión negativa de sí mismo que, con el tiempo, limita el bienestar emocional y funcional.
Componentes del concepto de autoestima
La autoestima no es un fenómeno unitario.
Se compone de múltiples dimensiones que interactúan entre sí:
- Autoimagen: cómo nos vemos a nosotros mismos (físicamente, emocionalmente, intelectualmente).
- Autoeficacia: creencia en nuestra capacidad para lograr objetivos.
- Autoconcepto: ideas que tenemos sobre quiénes somos.
- Autoaceptación: capacidad de aceptarnos con nuestras virtudes y defectos.
- Autorrespeto: trato que nos damos a nosotros mismos, que refleja nuestro valor interior.
Comprender estas dimensiones permite intervenir de forma específica.
Por ejemplo, alguien puede sentirse competente en el trabajo (alta autoeficacia), pero tener una imagen corporal muy deteriorada (baja autoimagen), lo que afecta globalmente su baja autoestima.
Además es importante considerar que existen tipos de autoestimas.
¿Cómo se forma el concepto de autoestima?
La autoestima se forma a partir de la experiencia, especialmente en etapas tempranas del desarrollo.
Factores como el apego, el refuerzo recibido, el clima emocional familiar y los mensajes internalizados durante la infancia tienen un impacto decisivo.
Las experiencias de éxito o fracaso también juegan un papel importante: cuando un niño o adolescente recibe retroalimentación consistente, realista y afectiva, tiene más posibilidades de desarrollar una autoestima sólida.
Sin embargo, la autoestima no es estática.
A lo largo de la vida, esta puede verse afectada por eventos significativos como rupturas, pérdidas, fracasos o, por el contrario, por logros personales, vínculos sanos o procesos terapéuticos.
Desde la terapia cognitivo-conductual, uno de los focos consiste en identificar creencias limitantes o desadaptativas (“no valgo nada”, “soy un fracaso”) y cuestionarlas activamente, para construir evaluaciones más funcionales y realistas.
Autoestima y salud mental: una relación clave
La relación entre autoestima y salud mental es bidireccional.
Una autoestima deteriorada puede predisponer a trastornos como la depresión, la ansiedad social o los trastornos de la conducta alimentaria.
Al mismo tiempo, estos cuadros pueden deteriorar aún más la autoestima del individuo, generando un círculo vicioso.
Numerosos estudios han demostrado que el fortalecimiento de la autoestima mejora la resiliencia, la calidad de vida y la capacidad para afrontar el estrés.
En terapia, mejorar la autoestima puede ser tanto un objetivo primario como una consecuencia del trabajo en otros aspectos emocionales o conductuales.
Sugerencias prácticas para el lector
- Registra tus pensamientos autocríticos: detecta frases como “no soy suficiente” o “todo lo hago mal” y cuestiona su veracidad.
- Practica la autoafirmación diaria: escribe o repite frases que reconozcan tus esfuerzos, capacidades o valores. También practica el diario de gratitud.
- Evita la comparación constante: enfócate en tu propio proceso, no en estándares externos.
- Cuida tu lenguaje interno: trátate como tratarías a un amigo que está en dificultades.
- Busca ayuda profesional si notas que tu autoestima afecta tu vida laboral, afectiva o emocional.
Conclusiones
Comprender el concepto de autoestima desde una mirada cognitivo-conductual permite abordarlo de manera concreta y práctica.
La autoestima no es un rasgo fijo ni un destino determinado por la infancia, sino un conjunto de evaluaciones que pueden transformarse con autoconciencia, estrategias psicológicas y acompañamiento terapéutico.
Reconocer y trabajar activamente en este aspecto es una vía directa hacia el bienestar psicológico y una vida más plena.
Links de interés
- Test de autoestima autoadministrable.
- ¿Cómo hacer un diario de gratitud?
Referencias bibliográficas
- Beck, J. S. (2021). Terapia cognitiva: fundamentos y aplicaciones. Paidós.
- Fennell, M. J. V. (1997). Low self-esteem: A cognitive perspective. Behavioural and Cognitive Psychotherapy, 25(1), 1-26.
- Branden, N. (1994). Los seis pilares de la autoestima. Paidós.
- Neff, K. (2011). Self-Compassion: The Proven Power of Being Kind to Yourself. HarperCollins.
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