Cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional
Cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional

¿Cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional?

¿Cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional?

Muchos padres se preguntan cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional cuando notan que su hijo no logra concentrarse, pierde cosas constantemente o le cuesta seguir instrucciones.

Estos signos, aunque comunes en la infancia, pueden ser indicativos de un trastorno déficit atencional con o sin hiperactividad (TDAH), una condición del neurodesarrollo que impacta la vida escolar, familiar y social del niño.

Comprender en qué consiste, cómo se manifiesta y cómo se evalúa es clave para brindar un apoyo oportuno y efectivo.

cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional
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¿Cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional?

Señales comunes del déficit atencional en niños

Entender qué es déficit atencional no siempre es fácil de detectar, ya que puede confundirse con desobediencia, inmadurez o incluso timidez.

Sin embargo, existen patrones de comportamiento que pueden levantar señales de alerta, especialmente cuando se presentan de forma persistente y en distintos contextos (hogar, escuela, actividades sociales).

Algunas señales que pueden indicar la presencia de TDAH en tu hijo incluyen:

  • Se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
  • Tiene dificultades para mantener la atención en clases, tareas o juegos.
  • No termina las actividades que empieza.
  • Pierde objetos escolares o personales frecuentemente.
  • Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • Tiene dificultades para seguir instrucciones de varios pasos.
  • Se muestra inquieto o habla en exceso (en casos con hiperactividad).
  • Interrumpe conversaciones o se adelanta a responder.
  • Le cuesta esperar su turno o tolerar la frustración.

Estas conductas deben haber estado presentes antes de los 12 años y no explicarse mejor por otros factores como estrés, trauma o dificultades del aprendizaje.

Evaluación psicológica y diagnóstico clínico

Saber con certeza si un niño tiene TDAH requiere una evaluación profesional.

Esta debe ser realizada por un psicólogo clínico, un neurólogo infantil o un psiquiatra infantil.

El diagnóstico no se basa solo en una entrevista, sino en una evaluación multidimensional que puede incluir:

  • Entrevistas con padres, profesores y el propio niño.
  • Cuestionarios estandarizados sobre conducta, atención e impulsividad.
  • Observación directa en distintos contextos.
  • Revisión del rendimiento escolar y antecedentes familiares.

En algunos casos, se pueden incluir pruebas neuropsicológicas para descartar otros trastornos (como dislexia, ansiedad o dificultades sensoriales) y entender mejor el perfil cognitivo del niño.

Desde la psicología cognitivo-conductual, el objetivo de la evaluación no es solo etiquetar, sino comprender el funcionamiento del niño, identificar sus recursos y establecer un plan de intervención adaptado a sus necesidades.

Diferencias entre déficit atencional e inmadurez

Una pregunta común entre los padres es si las conductas que observan se deben a un trastorno o a una etapa normal del desarrollo.

Es cierto que todos los niños, especialmente los más pequeños, pueden tener períodos de distracción o impulsividad.

Sin embargo, el déficit atencional se diferencia por:

  • Duración: los síntomas persisten durante al menos 6 meses.
  • Frecuencia: ocurren casi todos los días, no solo ocasionalmente.
  • Intensidad: interfieren significativamente en el funcionamiento diario.
  • Contextos múltiples: se observan tanto en casa como en la escuela y otros espacios.

Además, es importante considerar el impacto emocional y social: niños con TDAH no solo tienen bajo rendimiento escolar, sino que suelen sentirse frustrados, rechazados o inseguros. Saber esto ayuda a intervenir desde la comprensión y no desde el castigo.

Caso clínico: señales tempranas y evaluación

Valentina, una niña de 8 años, fue traída a consulta porque sus padres notaban que no terminaba las tareas, se distraía fácilmente y olvidaba con frecuencia lo que se le pedía.

En la escuela, sus profesoras mencionaban que parecía estar en “otro mundo” y que necesitaba recordatorios constantes.

Tras una evaluación clínica con entrevistas, cuestionarios y análisis de su historial escolar, se identificaron síntomas consistentes con TDAH tipo inatento.

No había hiperactividad evidente, lo que retrasó su detección inicial.

El plan de intervención incluyó trabajo con la familia, adaptaciones en el aula y sesiones individuales centradas en autoinstrucciones y planificación.

Este caso muestra que, aunque las señales pueden parecer sutiles, una evaluación a tiempo puede marcar la diferencia en el desarrollo emocional y académico del niño.

¿Qué hacer si sospechas que tu hijo tiene déficit atencional?

Si te preguntas cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional, lo primero es observar con atención y registrar las conductas que te preocupan.

Luego, es recomendable seguir estos pasos:

  1. Conversar con los profesores: ellos pueden ofrecer una mirada externa y objetiva sobre la conducta del niño en el aula.
  2. Consultar con un profesional de salud mental: preferentemente psicólogo o neurólogo infantil.
  3. Evitar autodiagnósticos: no todos los niños inquietos o distraídos tienen TDAH.
  4. Ofrecer apoyo emocional al niño: evitar críticas destructivas o castigos excesivos.
  5. Informarte sobre el trastorno: conocer el TDAH te permite comprender mejor sus desafíos y fortalezas.

La intervención temprana es fundamental.

Un diagnóstico no debe verse como una sentencia, sino como una oportunidad para comprender y acompañar a tu hijo de forma más efectiva.

Recomendaciones prácticas para padres

¿Cómo ayudar a un niño con déficit atencional?

  • Establece rutinas claras y predecibles.
  • Da instrucciones breves y concretas, paso a paso.
  • Usa calendarios visuales o listas de tareas para organizar su día.
  • Refuerza positivamente sus logros, aunque sean pequeños.
  • Ayúdalo a desarrollar autoinstrucciones (“pienso antes de actuar”).
  • Fomenta actividades donde pueda concentrarse sin presión (dibujar, construir, tocar música).
  • Mantén una comunicación fluida con la escuela.
  • Evita comparaciones con otros niños.

El apoyo familiar y escolar es uno de los factores más importantes en el pronóstico de un niño con TDAH.

Conclusión

Saber cómo saber si mi hijo tiene déficit atencional requiere observación, escucha activa y una evaluación profesional adecuada.

No se trata de etiquetar, sino de comprender mejor el mundo interno del niño, sus desafíos y potencialidades.

Con el acompañamiento adecuado, el TDAH puede ser abordado de forma efectiva, favoreciendo el bienestar, la autoestima y el desarrollo integral del niño.

Recursos a explorar

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2013). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
  • Barkley, R. A. (2015). Taking Charge of ADHD.
  • DuPaul, G. J., & Stoner, G. (2014). ADHD in the Schools: Assessment and Intervention Strategies.

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