Autoestima física
La autoestima física es una dimensión clave de la autoestima global, especialmente en una sociedad donde la apariencia corporal suele ser sobrevalorada.
Desde la psicología cognitivo-conductual, entendemos la autoestima física como la evaluación que una persona hace de su propio cuerpo, incluyendo aspectos como la imagen corporal, la percepción del atractivo, la fuerza y la salud.
Potenciar esta forma de autoestima implica intervenir sobre pensamientos intrusivos, creencias centrales y conductas que refuercen una relación saludable con el cuerpo.
En este artículo, exploraremos cómo trabajar y fortalecer la autoestima física con herramientas psicológicas eficaces y accesibles.

Comprendiendo la autoestima física desde la psicología cognitivo-conductual
La autoestima física está determinada por la forma en que interpretamos nuestro cuerpo más que por las características objetivas de este.
Muchas veces, las personas con cuerpos saludables y funcionales pueden tener una autoestima física baja debido a pensamientos distorsionados como “no soy atractivo” o “debería pesar menos”.
Desde la terapia cognitiva, estas creencias son abordadas mediante la identificación de pensamientos intrusivos negativos, el cuestionamiento socrático y la generación de pensamientos alternativos más realistas y amables.
Factores que influyen en la autoestima física
Influencias sociales y culturales
Los estándares de belleza difundidos por los medios de comunicación y las redes sociales pueden fomentar comparaciones constantes y percepciones distorsionadas.
La exposición a estos ideales irreales puede activar creencias disfuncionales sobre la propia apariencia.
Aprender a identificar y cuestionar estas influencias es esencial para proteger la autoestima física.
Historia personal y experiencias corporales
Experiencias de burlas, críticas o traumas relacionados con el cuerpo dejan huellas en la autoimagen.
El trabajo terapéutico puede ayudar a resignificar estas vivencias, integrarlas de forma saludable y modificar las narrativas negativas asociadas al cuerpo.
Conductas de autocuidado
Las acciones concretas que realizamos en relación con nuestro cuerpo influyen en la autoestima física.
El ejercicio regular, la alimentación balanceada, el descanso adecuado y la higiene corporal son comportamientos que, al ser valorados como una forma de respeto y cuidado hacia uno mismo, refuerzan una imagen corporal positiva.
Caso clínico: Marcela y su relación con su cuerpo
Marcela, de 35 años, acudió a consulta por sentimientos persistentes de insatisfacción corporal.
A pesar de tener una salud física adecuada, evitaba mirarse en el espejo, se comparaba constantemente con modelos en redes sociales y realizaba dietas restrictivas.
Mediante técnicas de reestructuración cognitiva, se trabajó en desafiar sus pensamientos automáticos negativos, se incorporaron ejercicios de exposición gradual frente al espejo y se reforzó la práctica de autocompasión.
Tras ocho sesiones, Marcela comenzó a reconocer y valorar aspectos positivos de su cuerpo, redujo las comparaciones y pudo adoptar una relación más amable consigo misma.
Sugerencias prácticas para potenciar la autoestima física
- Identifica y desafía pensamientos negativos: Lleva un registro de pensamientos intrusivos sobre tu cuerpo y evalúa su veracidad. Pregúntate: ¿Qué evidencia tengo? ¿Qué le diría a un amigo que pensara esto de sí mismo?
- Evita comparaciones constantes: Limita el tiempo en redes sociales o selecciona cuentas que promuevan diversidad corporal y mensajes positivos.
- Enfócate en la funcionalidad del cuerpo: Agradece lo que tu cuerpo te permite hacer más que cómo se ve. Respirar, caminar, abrazar, bailar son logros valiosos.
- Practica el autocuidado como acto de respeto: No como castigo o exigencia, sino como una forma de honrar tu bienestar físico y emocional.
- Busca apoyo terapéutico si es necesario: Un proceso psicológico puede ayudarte a sanar heridas relacionadas con la imagen corporal y construir una autoestima física más sana.
Conclusión
La autoestima física puede ser fortalecida desde la psicología cognitivo-conductual mediante la modificación de creencias, el entrenamiento en habilidades de afrontamiento y la práctica de autocuidado consciente.
Reconocer el cuerpo como parte de nuestra identidad, sin que lo determine por completo, es fundamental para vivir con mayor libertad y aceptación.
Trabajar en nuestra relación con el cuerpo es, en definitiva, una forma de cultivar amor propio y bienestar duradero.
Recursos a explorar
- Imagen corporal positiva y salud mental – APA
- Psicología de la imagen corporal – NCBI
- ¿Existen tipos de autoestima?
Referencias bibliográficas
- Cash, T. F. (2008). The Body Image Workbook: An Eight-Step Program for Learning to Like Your Looks. New Harbinger.
- Beck, J. S. (2011). Terapia cognitiva: Conceptos básicos y profundización. Desclée de Brouwer.
- Neff, K. (2015). Self-Compassion: The Proven Power of Being Kind to Yourself. HarperCollins.