ansiedad orgánica
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¿Cuál es la ansiedad orgánica?

¿Cuál es la ansiedad orgánica?

La ansiedad orgánica es una condición poco conocida pero relevante, especialmente cuando los síntomas de ansiedad no responden a los tratamientos psicológicos convencionales o están estrechamente vinculados a alteraciones físicas o neurológicas.

A diferencia de los trastornos de ansiedad primarios, en los que la causa principal es psicológica o situacional, la ansiedad orgánica se origina en disfunciones biológicas, cerebrales o médicas subyacentes.

Desde la psicología cognitivo-conductual, entender esta distinción es clave para ofrecer un diagnóstico certero y un abordaje terapéutico eficaz, evitando así la medicalización innecesaria o los tratamientos poco efectivos.

ansiedad orgánica
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Comprendiendo la ansiedad orgánica desde la evidencia actual

Definición clínica y diferencias con otros tipos de ansiedad

Desde una perspectiva diagnóstica, la ansiedad orgánica no es un trastorno autónomo, sino que suele clasificarse como un trastorno de ansiedad debido a otra afección médica según el DSM-5.

El CIE-11 también incluye estos cuadros bajo el título de trastornos mentales o del comportamiento secundarios a enfermedades médicas.

Lo que diferencia a la ansiedad orgánica es su origen: no surge principalmente de pensamientos disfuncionales, creencias irracionales o patrones aprendidos, sino de alteraciones biológicas identificables.

Esto puede incluir lesiones cerebrales, desequilibrios hormonales, enfermedades metabólicas o incluso efectos secundarios de medicamentos.

Origen neurobiológico y condiciones médicas asociadas

Entre las causas más comunes de ansiedad orgánica encontramos disfunciones en el sistema límbico, alteraciones en la regulación del cortisol –hormona de la ansiedad y estrés- y disbalances en neurotransmisores como la serotonina y dopamina.

También puede estar relacionada con enfermedades como el hipertiroidismo, la epilepsia del lóbulo temporal, esclerosis múltiple o incluso tumores cerebrales.

En estos casos, la ansiedad no es un síntoma aislado, sino una manifestación de un desequilibrio fisiológico mayor que puede alterar la cognición, el estado de ánimo y la conducta.

Señales clínicas que diferencian la ansiedad orgánica

Uno de los grandes desafíos es distinguir clínicamente entre una ansiedad funcional (como el trastorno de ansiedad generalizada) y una ansiedad orgánica.

La ansiedad orgánica suele manifestarse con síntomas físicos intensos, abruptos o que no responden a la psicoterapia.

El paciente puede describir una sensación de ansiedad “sin motivo”, con episodios impredecibles, acompañados de síntomas neurológicos como convulsiones, cambios en el estado de conciencia o amnesia parcial.

Además, muchas veces la persona no presenta un patrón claro de pensamientos catastróficos o evitaciones conductuales como en los trastornos de ansiedad clásicos.

Evaluación y rol del psicólogo cognitivo-conductual

Desde el enfoque cognitivo-conductual, es esencial contar con una evaluación médica paralela ante sospecha de ansiedad orgánica.

Una intervención efectiva parte de una psicoeducación clara, ayudando al paciente a comprender cómo los factores biológicos pueden impactar su estado emocional.

La evaluación ABC (Antecedente, Conducta, Consecuencia) se utiliza para observar si hay consistencia en los disparadores de la ansiedad.

Cuando no los hay, o los síntomas se mantienen a pesar de intervenciones psicológicas estructuradas, se deriva a evaluación médica neurológica o endocrina.

El terapeuta puede trabajar en conjunto con el equipo de salud para adaptar estrategias de regulación emocional, técnicas de respiración, reestructuración cognitiva adaptada y entrenamiento en conciencia corporal.

Sugerencias prácticas para el lector

Si estás experimentando síntomas de ansiedad persistentes que no parecen responder a la terapia o aparecen sin razón aparente, considera estas recomendaciones:

  • Consulta con un médico general o neurólogo para descartar causas orgánicas como trastornos tiroideos, desequilibrios hormonales o enfermedades neurológicas.
  • Haz un registro diario de tus síntomas, incluyendo hora, duración, intensidad, pensamientos asociados y situaciones que los precedieron. Esto puede ayudar a identificar si hay un patrón psicógeno o no.
  • Evita la automedicación, especialmente con ansiolíticos. El uso inadecuado puede enmascarar o empeorar un problema médico subyacente.
  • Incorpora técnicas de regulación emocional, como la respiración diafragmática, la relajación muscular progresiva o el mindfulness, que pueden ser útiles incluso en ansiedad orgánica como herramientas complementarias.
  • Consulta con un psicólogo, quien podrá ayudarte a diferenciar entre una ansiedad de origen psicológico o médico, y derivarte si es necesario.

Conclusiones

La ansiedad orgánica nos recuerda que el cuerpo y la mente están profundamente conectados.

Desde la perspectiva cognitivo-conductual, es fundamental reconocer cuándo los síntomas de ansiedad escapan del ámbito exclusivamente psicológico y requieren una mirada médica integrada.

No se trata de patologizar lo emocional ni de reducirlo a lo biológico, sino de comprender que a veces lo que interpretamos como “problemas emocionales” puede tener raíces más profundas.

Un diagnóstico adecuado y una intervención interdisciplinaria aumentan significativamente las probabilidades de mejoría del paciente, minimizando riesgos y evitando tratamientos inadecuados.

Links de interés

Recursos externos

  1. Ansiedad causada por afecciones médicas – MSD Manual
  2. Neurobiología de la ansiedad – Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH)
  3. Dolores musculares por estrés y ansiedad
  4. ¿Cuál es la ansiedad basal?

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª ed.). Washington, DC: APA.
  • World Health Organization. (2019). ICD-11 for Mortality and Morbidity Statistics. Geneva: WHO.
  • Gorman, J. M. (2003). Treating generalized anxiety disorder. The Journal of Clinical Psychiatry, 64(2), 24-29.
  • Sadock, B. J., & Sadock, V. A. (2011). Kaplan & Sadock’s Synopsis of Psychiatry. Lippincott Williams & Wilkins.

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