Ansiedad o ataque de pánico
Muchas personas experimentan sensaciones físicas y emocionales abrumadoras que les generan dudas como: “¿Esto que me pasa será ansiedad o un ataque de pánico?”.
Distinguir entre ambas experiencias puede ser confuso, pero comprender sus diferencias es clave para recibir la ayuda adecuada.
Desde una mirada psicológica cognitivo-conductual, abordamos los mecanismos que las explican, sus síntomas característicos y cómo enfrentarlas con estrategias basadas en la evidencia.
Si alguna vez sentiste que el corazón se acelera, la respiración se agita y el miedo toma el control, este artículo es para ti.

¿Cómo saber si es ansiedad o ataque de pánico?
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta emocional anticipatoria.
Su función evolutiva es prepararnos para enfrentar amenazas potenciales.
Se activa ante situaciones que interpretamos como peligrosas, aunque no siempre lo sean objetivamente.
Se manifiesta a:
- Físico (ej. taquicardia por ansiedad, tensión muscular, etc.)
- Cognitivo (ej. preocupaciones, pensamientos catastróficos, etc.)
- Conductual (ej. evitación, inquietud, etc.)
En el trastorno de ansiedad generalizada, por ejemplo, la persona mantiene un estado de preocupación constante, con una sensación de inquietud difícil de controlar.
Aunque molesta, esta forma de ansiedad es más difusa y sostenida en el tiempo, sin alcanzar picos intensos en pocos minutos.
¿Qué es un ataque de pánico?
A diferencia de la ansiedad persistente, un ataque de pánico es un episodio súbito e intenso de miedo extremo, que se alcanza en minutos.
Se experimenta como si algo terrible fuera a suceder de inmediato.
Los síntomas más comunes incluyen:
- Palpitaciones o taquicardia.
- Sudoración excesiva.
- Sensación de ahogo o falta de aire.
- Dolor en el pecho por ansiedad.
- Desmayos o mareos por ansiedad.
- Vértigo por ansiedad.
- Sensación de irrealidad (desrealización) o de estar separado de uno mismo (despersonalización).
- Miedo a morir, a volverse loco o a perder el control.
Un ataque de pánico puede surgir en cualquier contexto, incluso sin un desencadenante claro.
Esto lo hace especialmente aterrador y desconcertante para quien lo vive.
Diferencias clave entre ansiedad y ataque de pánico
Aunque comparten algunos síntomas, existen diferencias importantes:
Característica | Ansiedad | Ataque de pánico |
---|---|---|
Inicio | Gradual | Súbito e inesperado |
Duración | Prolongada (horas o días) | Breve (pico en 10 minutos, dura menos de 30 min) |
Intensidad | Moderada | Alta o extrema |
Conciencia del miedo | Generalizada y racional | Abrumadora, con sensación de peligro inminente |
Síntomas físicos | Constantes o leves | Muy intensos y abruptos |
Desencadenante identificable | Usualmente sí | A veces no existe un disparador claro |
La ansiedad puede ser el contexto donde surgen los ataques de pánico, especialmente cuando la persona desarrolla miedo a que vuelvan a ocurrir.
Esto da origen al trastorno de pánico, un diagnóstico específico incluido en el DSM-5 y CIE-11.
¿Cómo se aborda desde la terapia cognitivo-conductual?
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las intervenciones más eficaces para ambos casos.
En personas con ansiedad, se trabaja la reestructuración cognitiva de pensamientos distorsionados y la exposición gradual a situaciones evitadas.
En ataques de pánico, se aplican técnicas como:
- Exposición interoceptiva, que implica recrear voluntariamente las sensaciones temidas (como hiperventilar o girar sobre uno mismo) para perderles el miedo.
- Entrenamiento en respiración, para contrarrestar la hiperventilación.
- Psicoeducación, para entender el ciclo de ansiedad y pánico y desmitificar sus síntomas.
- Tareas conductuales, como llevar registros de pensamientos y situaciones que contribuyen al malestar.
Desde esta perspectiva, comprender el funcionamiento del cuerpo y la mente permite que la persona recupere una sensación de control.
La TCC no solo reduce la frecuencia de los episodios, sino que fortalece habilidades para prevenir recaídas.
Caso clínico ilustrativo
Ana, de 32 años, acudió a terapia tras haber sido derivada por urgencias.
Relató un episodio vivido en el supermercado donde sintió que no podía respirar, el corazón se le salía del pecho y creyó que iba a morir.
Luego de exámenes médicos normales, le informaron que se trató de un ataque de pánico.
En consulta, Ana describió que hacía meses venía con altos niveles de estrés por su trabajo, y sentía ansiedad frecuente, pero nunca tan intensa.
A través de la TCC, Ana aprendió a diferenciar la ansiedad crónica que arrastraba de los episodios agudos de pánico.
Se entrenó en técnicas de respiración y comenzó a identificar los pensamientos catastróficos que alimentaban su miedo.
Con el tiempo, y gracias a la exposición progresiva a situaciones evitadas, recuperó la confianza para retomar sus actividades cotidianas.
Sugerencias prácticas para el lector
- No te asustes por los síntomas físicos: aunque incómodos, no son peligrosos.
- Practica respiración diafragmática: exhalar lentamente ayuda a calmar el sistema nervioso.
- Identifica pensamientos distorsionados: escribe lo que piensas cuando te sientes ansioso/a.
- Evita la evitación: cuanto más evites las situaciones temidas, más refuerzas el miedo.
- Consulta a un profesional en TCC: un terapeuta especializado te enseñará técnicas basadas en la evidencia para manejar tanto la ansiedad como los ataques de pánico.
Conclusiones
Diferenciar si estás atravesando ansiedad o un ataque de pánico puede marcar una gran diferencia en tu proceso de recuperación.
La ansiedad es una emoción sostenida y anticipatoria, mientras que el ataque de pánico es breve, súbito e intensamente disruptivo.
Desde la psicología cognitivo-conductual, ambas experiencias pueden abordarse de forma efectiva mediante técnicas específicas que apuntan a modificar los pensamientos, las conductas y la relación con las sensaciones corporales.
Buscar apoyo profesional y comprender tu experiencia es el primer paso hacia el bienestar emocional.
Recursos a explorar
- ¿Puedo tener un brote psicótico por ansiedad?
- ¿Qué significa ansioso?
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.).
- Clark, D. A., & Beck, A. T. (2012). The Anxiety and Worry Workbook. Guilford Press.
- Craske, M. G., & Barlow, D. H. (2007). Mastery of Your Anxiety and Panic: Workbook. Oxford University Press.