Palpitaciones por ansiedad
Estás en casa, sentado o acostado, y de repente tu corazón se acelera.
Sientes una presión en el pecho, tal vez un leve mareo, y la preocupación crece rápidamente: ¿estoy teniendo un infarto?
Este escenario es más común de lo que parece y, en muchos casos, no se trata de un problema cardíaco sino de palpitaciones por ansiedad.
Pero ¿cómo saber si estas sensaciones vienen de la mente y no del corazón? ¿Y por qué ocurre esto en primer lugar?
Este artículo busca responder esas preguntas desde la mirada de la psicología cognitivo-conductual.

Las palpitaciones por ansiedad: ¿respuesta biológica o señal de alarma?
El corazón late todo el tiempo, pero solo en ciertas situaciones nos volvemos conscientes de sus latidos.
Las palpitaciones son esa percepción aumentada, rápida o irregular de los latidos del corazón.
En situaciones de ansiedad, estas palpitaciones suelen acompañarse de otros síntomas como sensación de falta de aire, temblores, sudoración, hormigueo o visión borrosa.
Desde un punto de vista biológico, esto ocurre porque el sistema nervioso simpático se activa como parte de la respuesta de lucha o huida, liberando adrenalina y noradrenalina que preparan al cuerpo para actuar frente a una amenaza.
El problema aparece cuando esa “amenaza” no es real, sino percibida.
Pensamientos como “voy a perder el control”, “me voy a desmayar” o “algo anda mal en mi cuerpo” generan un círculo vicioso donde el miedo aumenta las palpitaciones y las palpitaciones alimentan aún más el miedo.
Desde la psicología cognitivo-conductual, este ciclo es clave en la aparición de ataques de pánico o algún cuadro de ansiedad aguda.
¿Cómo saber si las palpitaciones son por ansiedad?
Hay ciertas pistas que nos permiten sospechar que las palpitaciones por ansiedad no tienen un origen cardíaco:
- Aparecen en momentos de estrés, preocupación o ansiedad anticipatoria.
- Se acompañan de otros síntomas ansiosos como sensación de ahogo, sudoración, tensión muscular o pensamientos catastróficos.
- Disminuyen al relajarte o distraerte.
- No están relacionadas con el esfuerzo físico.
- En estudios médicos (ECG, holter, exámenes de sangre), no aparece una causa orgánica.
Una señal típica es que las palpitaciones aparecen en reposo, especialmente en la noche, cuando la mente no tiene distracciones y los pensamientos ansiosos toman protagonismo.
A menudo, las personas describen estas sensaciones como “una carrera del corazón sin motivo” o “una alarma que se enciende de golpe sin razón”.
El papel de los pensamientos en las palpitaciones por ansiedad
Desde la terapia cognitivo-conductual, entendemos que no es solo el síntoma lo que genera angustia, sino la interpretación que hacemos de él.
Si una persona cree que sus palpitaciones indican un infarto, su ansiedad aumentará exponencialmente. Si, en cambio, reconoce que es una manifestación emocional pasajera, podrá tolerar mejor la sensación.
Por eso, identificar palpitaciones por ansiedad implica también observar nuestros pensamientos automáticos: ¿qué me digo a mí mismo cuando siento que el corazón se acelera? ¿Estoy anticipando una catástrofe?
Reestructurar estos pensamientos es clave.
9Cambiar ideas como “voy a morir” por “esto es una respuesta normal de mi cuerpo al estrés” ayuda a cortar el ciclo del miedo.
Qué hacer cuando aparecen
Lo primero es detenerse y recordar que lo que está ocurriendo es una reacción del sistema nervioso, no una falla en el corazón.
Aquí algunas estrategias útiles:
- Practicar respiración diafragmática, inhalando profundo por la nariz y exhalando lentamente por la boca.
- Cambiar de entorno si estás en un lugar que asocias con malestar.
- Nombrar lo que sientes en voz alta: “Estoy teniendo palpitaciones por ansiedad. Esto va a pasar”.
- Evitar revisar tu pulso de forma obsesiva o buscar diagnósticos en internet.
- Si el episodio es frecuente, comenzar un tratamiento psicológico con orientación cognitivo-conductual.
Sugerencias para el lector
- Lleva un registro de cuándo aparecen tus palpitaciones y qué pensamientos o contextos las rodean.
- Practica técnicas de relajación diariamente, no solo durante la crisis.
- Disminuye el consumo de cafeína, azúcar y alcohol, ya que pueden potenciar la activación fisiológica.
- Mantén una rutina de sueño estable: el descanso ayuda a regular el sistema nervioso.
- Considera la posibilidad de asistir a psicoterapia si los episodios se repiten o generan evitación en tu vida cotidiana.
Conclusión
Las palpitaciones son una señal poderosa del cuerpo, pero no siempre indican peligro físico.
En muchos casos, son el eco de una mente ansiosa que interpreta ciertas sensaciones como amenazas graves.
Aprender a identificar las palpitaciones por ansiedad es el primer paso para romper el ciclo de miedo, recuperar el control y entrenar una nueva manera de responder frente al estrés.
Desde la psicología cognitivo-conductual, se puede trabajar en reconocer estos patrones y transformar la relación que tenemos con nuestras emociones, comenzando por el corazón.
Recursos útiles para explorar
- Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (ADAA)
- Mind, organización de salud mental del Reino Unido – Ansiedad y síntomas físicos
Referencias bibliográficas
- Barlow, D. H. (2002). Anxiety and its disorders: The nature and treatment of anxiety and panic. Guilford Press.
- Clark, D. A., & Beck, A. T. (2012). The anxiety and worry workbook: The cognitive behavioral solution. Guilford Press.
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª ed.).