trastorno mixto de ansiedad y depresión
trastorno mixto de ansiedad y depresión

¿Cuál es el trastorno mixto de ansiedad y depresión?

Trastorno mixto de ansiedad y depresión

En el ritmo vertiginoso de la vida moderna, es común experimentar momentos de depresión y ansiedad. Sin embargo, cuando estos estados emocionales se entrelazan de manera persistente e intensa, es posible que estemos ante el trastorno mixto de ansiedad y depresión, una condición psicológica que, aunque frecuente, suele pasar desapercibida o ser mal diagnosticada.

Desde el enfoque de la psicología cognitivo-conductual, esta condición representa un desafío clínico relevante, porque no sólo involucra síntomas de dos trastornos distintos, sino que también implica una interacción compleja entre pensamientos, emociones y conductas que se refuerzan mutuamente.

En este artículo profundizaremos en qué consiste, cómo se manifiesta, qué lo causa, y lo más importante: qué puede hacerse para afrontarlo y superarlo.

trastorno mixto de ansiedad y depresión

¿Qué es el trastorno mixto de ansiedad y depresión?

El trastorno mixto de ansiedad y depresión (TMAD) es una categoría diagnóstica que se utiliza cuando una persona presenta síntomas significativos tanto de ansiedad como de depresión, pero ninguno de los dos es lo suficientemente dominante como para constituir un diagnóstico individual según los criterios tradicionales del DSM-5 o la CIE-11.

En otras palabras, es una condición en la que coexisten la preocupación excesiva y el temor del futuro (ansiedad) con la tristeza profunda y la pérdida de interés por la vida (depresión).

Esto genera un malestar emocional significativo, deterioro en la funcionalidad y una alta carga de sufrimiento personal.

¿Qué lo diferencia de un trastorno depresivo o trastorno ansioso “puro”?

La clave está en la simultaneidad y el equilibrio entre los síntomas.

Mientras en la depresión predomina la tristeza y el desánimo, y en la ansiedad el nerviosismo y la hipervigilancia, en el TMAD ambos tipos de síntomas se entremezclan, generando un cuadro clínico confuso y muchas veces más resistente al tratamiento si no se aborda adecuadamente.

Ejemplo:

Una persona puede sentirse muy triste (síntoma depresivo) y al mismo tiempo tener pensamientos constantes de preocupación como “no voy a poder salir de esto”, “voy a fallar”, “algo malo va a pasar” (síntomas ansiosos).

Además, puede experimentar síntomas físicos como tensión muscular, fatiga, insomnio o dificultad para concentrarse.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno mixto de ansiedad y depresión?

Desde una mirada cognitivo-conductual, los síntomas pueden agruparse en tres dimensiones: cognitivos, emocionales y conductuales/fisiológicos.

1. Síntomas cognitivos (pensamientos)

  • Preocupación excesiva por el futuro
  • Expectativas negativas constantes
  • Sentimientos de inutilidad o desesperanza
  • Pensamientos autorreferentes negativos: “Soy un fracaso”, “nunca voy a mejorar”
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones

2. Síntomas emocionales (afectivos)

  • Irritabilidad o cambios de humor bruscos
  • Sensación persistente de tristeza, vacío o desesperanza
  • Ansiedad flotante o sensación de amenaza inminente
  • Falta de disfrute en actividades antes placenteras (anhedonia)
  • Baja tolerancia al estrés

3. Síntomas conductuales y fisiológicos

  • Insomnio o hipersomnia
  • Fatiga constante
  • Inactividad o inquietud motora
  • Evitación de situaciones sociales
  • Cambios en el apetito o peso corporal
  • Dolores físicos sin causa médica clara (somatización)

¿Qué causa el trastorno mixto de ansiedad y depresión?

Este trastorno, como la mayoría de los problemas psicológicos, es multifactorial.

Las causas más frecuentes incluyen:

  • Factores genéticos: antecedentes familiares de ansiedad o depresión.
  • Factores biológicos: desregulación en neurotransmisores como la serotonina y dopamina.
  • Factores psicológicos: patrones de pensamiento negativos, baja autoestima, perfeccionismo o estilo de apego ansioso.
  • Factores sociales: estrés laboral, relaciones tóxicas, aislamiento social o eventos traumáticos.

En la práctica clínica, suele aparecer como respuesta a una situación de vida prolongada que genera estrés crónico, por ejemplo, el cuidado de un familiar enfermo, un ambiente de trabajo tóxico, la inestabilidad financiera, o una ruptura emocional significativa.

¿Qué riesgos conlleva si no se trata?

El trastorno mixto de ansiedad y depresión no solo disminuye la calidad de vida, sino que también aumenta el riesgo de cronificación del malestar.

Entre las consecuencias más comunes están:

  • Deterioro del rendimiento académico o laboral
  • Conflictos interpersonales recurrentes
  • Abuso de sustancias como alcohol o ansiolíticos
  • Aparición de pensamientos suicidas o autolesivos
  • Aislamiento social progresivo

Por eso es esencial identificarlo y tratarlo cuanto antes.

Diagnóstico: ¿cómo se detecta el trastorno mixto de ansiedad y depresión?

No existe una prueba única, pero los psicólogos clínicos pueden utilizar una combinación de:

  • Entrevistas clínicas estructuradas
  • Cuestionarios psicométricos como el HADS (Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión), el PHQ-9 y el GAD-7
  • Observación del patrón de síntomas y duración del malestar

Según la CIE-11 (Organización Mundial de la Salud), este diagnóstico se confirma cuando los síntomas duran al menos dos semanas y causan un malestar significativo, sin que ninguno de los componentes (ansiedad o depresión) predomine claramente.

Enfoque cognitivo-conductual para el tratamiento

Desde la psicoterapia cognitivo-conductual (TCC), el tratamiento aborda la interacción entre pensamientos, emociones y conductas, ayudando a romper los círculos viciosos del sufrimiento emocional.

El objetivo no es solo aliviar síntomas, sino también generar herramientas para la prevención y el fortalecimiento del bienestar a largo plazo.

Principales herramientas utilizadas:

1. Reestructuración cognitiva

Se trabaja con los pensamientos automáticos negativos, ayudando a la persona a cuestionar creencias como “nunca mejoraré” o “soy una carga para los demás”.

2. Activación conductual

Se propone recuperar actividades que proporcionen sentido, placer o sensación de logro, a pesar del estado de ánimo.

3. Entrenamiento en habilidades de afrontamiento

Se enseñan técnicas como la respiración diafragmática, mindfulness, solución de problemas y regulación emocional.

4. Exposición gradual (cuando hay evitación ansiosa)

Para recuperar la autonomía frente a situaciones temidas, como salir solo, hablar en público o afrontar decisiones.

¿Se necesita medicación?

En casos moderados a graves, la combinación de psicoterapia y farmacoterapia puede ser lo más adecuado, como los medicamentos para la ansiedad o depresión.

Los antidepresivos ISRS como la sertralina o el escitalopram suelen ser los más indicados.

Sin embargo, la medicación nunca reemplaza el trabajo terapéutico, y siempre debe ser indicada por un profesional de la salud mental o un médico psiquiatra.

¿Qué puede hacer una persona que vive con este trastorno?

Aparte de buscar apoyo profesional, existen acciones concretas que pueden marcar la diferencia:

  • No te aísles: aunque cueste, intenta mantener al menos un lazo de apoyo emocional.
  • Estructura tus días: tener rutinas predecibles ayuda a reducir la incertidumbre.
  • Registra tus emociones: llevar un diario emocional ayuda a identificar patrones y detonantes.
  • Celebra pequeños avances: reconocer los logros, por mínimos que sean, favorece el cambio positivo.
  • Sé compasivo contigo mismo: el trastorno no es debilidad, sino una señal de que necesitas cuidarte más.

Sugerencias para el lector

Si sientes que podrías estar enfrentando un trastorno mixto de ansiedad y depresión, te sugiero:

  1. Busca evaluación profesional: cuanto antes recibas un diagnóstico adecuado, mejor será tu pronóstico. Prueba tomar una consulta psicológica online.
  2. Evita autodiagnosticarte por internet: aunque este artículo puede orientarte, cada persona es única y merece una atención personalizada. Por ejemplo, ¿cómo saber si sufro de ansiedad? es un artículo que puede ayudar a orientarte.
  3. No minimices tu sufrimiento: lo que sientes es válido y merece atención.
  4. Recuerda que es tratable: con acompañamiento, herramientas y compromiso, puedes recuperar tu bienestar.
  5. Explora la terapia cognitivo-conductual: es el enfoque con mayor evidencia para abordar esta condición de manera eficaz y práctica.

Conclusión

El trastorno mixto de ansiedad y depresión es una condición real, frecuente y muchas veces subestimada. No es un invento ni una exageración. Es una combinación compleja de síntomas que afecta la vida emocional, física y social de quien lo padece.

Desde el enfoque cognitivo-conductual, comprendemos que este trastorno no aparece de la nada, ni se sostiene sin razones.

Cada pensamiento, emoción y conducta cumple una función en la historia del individuo. Lo importante es aprender a observar esos patrones, modificarlos gradualmente y recuperar el control.

Si hoy te sientes atrapado entre el miedo del futuro y la tristeza del presente, es fundamental que sepas esto: no estás solo/a, no es tu culpa, y sí hay una salida.

Recursos útiles a explorar

Referencias bibliográficas

  • Beck, J. S. (2020). Terapia cognitiva: Fundamentos y más allá. Ediciones Paidós.
  • Barlow, D. H. (2014). Clinical Handbook of Psychological Disorders. Guilford Press.
  • Clark, D. A., & Beck, A. T. (2012). The Anxiety and Worry Workbook. Guilford Press.
  • World Health Organization (2019). ICD-11: International Classification of Diseases.

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