Intoxicación por cocaína
La intoxicación por cocaína representa una emergencia médica con consecuencias graves para el cuerpo y la mente.
Detectarla a tiempo puede marcar la diferencia entre una intervención eficaz y un desenlace fatal.
Desde la psicología cognitivo-conductual, es fundamental comprender no solo los comportamientos asociados, sino también los signos fisiológicos y psicológicos que pueden alertar de esta condición crítica.

¿Qué es la intoxicación por cocaína?
La intoxicación por cocaína se produce cuando una persona consume una dosis elevada de esta sustancia, desencadenando una alteración significativa en su sistema nervioso central.
La cocaína actúa como un estimulante intenso, aumentando la liberación de dopamina, norepinefrina y serotonina.
Aunque el efecto inmediato puede parecer placentero, el costo fisiológico es alto: hipertensión, taquicardia, agitación psicomotora y riesgo de convulsiones o paro cardíaco.
Indicador 1: Cambios intensos en la conducta y estado de ánimo
Uno de los primeros signos de intoxicación por cocaína es una alteración aguda en el comportamiento.
La persona puede volverse extremadamente eufórica, hiperactiva, con un aumento excesivo de la autoestima y una necesidad constante de hablar.
Esta fase puede estar seguida de irritabilidad, ansiedad o agresividad repentina.
Desde un enfoque cognitivo-conductual, estos cambios se comprenden como alteraciones en los esquemas de procesamiento emocional y en la autorregulación conductual.
Indicador 2: Síntomas físicos visibles
El cuerpo reacciona de manera alarmante a la intoxicación.
Pupilas dilatadas, sudoración profusa, temblores, náuseas, vómitos y dolor en el pecho son algunos de los signos más visibles.
En los casos más graves, puede haber convulsiones o pérdida de la conciencia.
Estos síntomas reflejan una hiperactivación del sistema nervioso simpático, que desde la psicología del estrés, puede llevar al colapso del organismo por sobrecarga fisiológica.
Indicador 3: Deterioro del juicio y comportamientos impulsivos
Bajo los efectos de una intoxicación, el juicio se ve gravemente afectado.
Esto se traduce en decisiones peligrosas, conductas sexuales de riesgo, conducción temeraria o violencia.
La inhibición de la corteza prefrontal explica este fenómeno: se pierden los filtros que normalmente regulan la conducta, lo que expone a la persona a mayores riesgos tanto para sí misma como para los demás.
Indicador 4: Alucinaciones y paranoias
En una intoxicación severa pueden aparecer síntomas psicóticos, especialmente si el consumo ha sido crónico.
Alucinaciones auditivas, visuales o una fuerte paranoia pueden instalarse en el cuadro clínico
. En términos cognitivo-conductuales, esto puede interpretarse como una distorsión perceptual y cognitiva provocada por la sobreestimulación dopaminérgica, similar a ciertos cuadros de psicosis inducida por sustancias.
Indicador 5: Signos de deterioro cognitivo
En las horas posteriores a la intoxicación, la persona puede presentar confusión, dificultades para concentrarse, pérdida de memoria a corto plazo o lentitud en el pensamiento.
Estos efectos pueden prolongarse incluso días después de una sobredosis.
El daño acumulado en los circuitos frontales y límbicos del cerebro tiene implicancias cognitivas y conductuales a largo plazo, afectando la toma de decisiones, el control emocional y la capacidad de aprendizaje.
Sugerencias prácticas para el lector
- Si observas en alguien estos signos, no minimices la situación. Busca ayuda médica de inmediato.
- Conversa abiertamente con personas en situación de consumo sobre los riesgos de intoxicación. Acompaña sin juzgar.
- Aprende técnicas de primeros auxilios básicos, especialmente en casos de crisis por sustancias.
- Si tú mismo estás lidiando con consumo, busca apoyo profesional. La recuperación es posible y existen tratamientos eficaces.
- Familiarízate con recursos comunitarios disponibles para intervención en crisis por drogas.
Conclusiones
La intoxicación por cocaína no es simplemente un exceso ocasional: es una condición que puede poner en riesgo la vida.
Reconocer sus indicadores es fundamental para actuar a tiempo.
Desde la psicología cognitivo-conductual, comprendemos que no basta con abordar los síntomas físicos, también es necesario trabajar sobre los pensamientos, creencias y conductas asociadas al consumo.
Una mirada integral puede ofrecer no solo contención, sino también la posibilidad de un cambio real y sostenido.
Links de interés
- Efectos de la cocaína en el cuerpo humano
- Efectos de la cocaína en el sistema nervioso
- Síntomas de la intoxicación de la cocaína
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ª ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Volkow, N. D., & Morales, M. (2015). The brain on drugs: from reward to addiction. Cell, 162(4), 712–725.
- Koob, G. F., & Le Moal, M. (2006). Neurobiology of addiction. Academic Press.
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