Trastorno obsesivo compulsivo
Trastorno obsesivo compulsivo

Trastorno obsesivo compulsivo según DSM-V

Trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una condición psicológica compleja que afecta a millones de personas en el mundo.

Se caracteriza por la presencia de pensamientos intrusivos no deseados (obsesiones) y comportamientos repetitivos o rituales (compulsiones) que intentan reducir la ansiedad que estos pensamientos generan.

Esta afección, reconocida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), tiene un profundo impacto en la vida diaria, deteriorando el bienestar emocional, social y ocupacional de quienes la padecen.

En este artículo abordaremos qué es el TOC según el DSM-V, sus criterios diagnósticos, su abordaje terapéutico desde la psicología cognitivo-conductual, y cómo es posible iniciar un camino hacia la recuperación.

Trastorno obsesivo compulsivo
Trastorno obsesivo compulsivo

Trastorno obsesivo compulsivo según DSM-V

¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo?

El trastorno obsesivo compulsivo se define por la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas.

Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusivos e inapropiados, generando ansiedad o malestar.

Las compulsiones, en cambio, son conductas repetitivas (como lavarse las manos, verificar cosas, ordenar) o actos mentales (como contar o repetir palabras en silencio) que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión.

Es importante entender que estas acciones no se realizan por placer, sino como una forma de prevenir o reducir el malestar, aunque suelen ser desproporcionadas o no están conectadas lógicamente con la situación temida.

A diferencia de conductas supersticiosas comunes o hábitos cotidianos, en el TOC estos patrones son rígidos, causan deterioro y resultan difíciles de controlar.

Criterios diagnósticos según el DSM-V

El DSM-V, manual de referencia en el diagnóstico de los trastornos mentales, establece criterios específicos para identificar los síntomas de trastorno obsesivo compulsivo.

Estos incluyen:

  • Presencia de obsesiones, compulsiones o ambas.
  • Las obsesiones o compulsiones ocupan tiempo significativo (por ejemplo, más de una hora diaria) o causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
  • Los síntomas no son atribuibles a efectos fisiológicos de una sustancia o a otra condición médica.
  • El trastorno no se explica mejor por otro trastorno mental (como trastorno de ansiedad generalizada, trastorno dismórfico corporal, etc.).

Además, el DSM-V incluye especificadores para identificar si la persona presenta un grado de insight (conciencia sobre lo irracional de sus pensamientos) y si hay tics asociados.

Esto permite una evaluación más precisa y un mejor diseño del tratamiento.

Abordaje desde la psicología cognitivo-conductual

Desde la perspectiva cognitivo-conductual, el TOC se mantiene por la interacción entre pensamientos disfuncionales y conductas de evitación o neutralización.

Las obsesiones surgen como interpretaciones catastróficas de pensamientos intrusivos normales.

La persona cree que tener ciertos pensamientos es peligroso, inmoral o una señal de que algo malo ocurrirá.

Las compulsiones aparecen como intentos de reducir esa ansiedad, pero refuerzan el ciclo al impedir que la persona se exponga a la experiencia temida y aprenda que no es peligrosa.

El tratamiento más eficaz es la terapia cognitivo-conductual con la exposición gradual y prevención de respuesta (ERP).

Esta técnica consiste en exponer gradualmente a la persona a sus obsesiones sin permitirle realizar la compulsión, ayudando así a reducir la ansiedad y a modificar sus creencias irracionales.

También se trabaja con reestructuración cognitiva para identificar y desafiar los pensamientos disfuncionales que mantienen el trastorno.

La psicoeducación, el entrenamiento en tolerancia al malestar y las técnicas de mindfulness también son recursos terapéuticos complementarios útiles para mejorar el pronóstico.

Caso clínico: “Antonia, 27 años”

Antonia, de 27 años, consulta por un malestar persistente relacionado con pensamientos sobre contaminarse al tocar objetos públicos.

Evita usar el transporte público, abre puertas con pañuelos y se lava las manos más de 30 veces al día.

Refiere sentirse avergonzada, agotada y cada vez más limitada en sus actividades sociales.

Tras una evaluación clínica, se identifica un patrón claro de obsesiones relacionadas con contaminación y compulsiones de lavado, cumpliendo los criterios del DSM-V para TOC.

Se inicia tratamiento cognitivo-conductual con exposición y prevención de respuesta.

Durante las sesiones, Antonia aprende a exponerse progresivamente a situaciones temidas (como tocar objetos sin guantes) sin realizar la compulsión.

Con el tiempo, disminuyen tanto la frecuencia como la intensidad de sus pensamientos obsesivos, recuperando control sobre su vida.

Este caso ilustra cómo el TOC puede ser tratado con éxito cuando se aplica un abordaje estructurado y basado en evidencia.

Sugerencias para pacientes y familiares

  • Buscar apoyo psicológico especializado.
    El TOC no desaparece por sí solo, pero responde bien a la terapia cognitivo-conductual.
  • No evitar las obsesiones.
    La exposición supervisada permite desensibilizar el malestar y romper el ciclo de compulsiones.
  • Evitar reforzar las compulsiones.
    Familiares y amigos deben resistir el impulso de tranquilizar o participar en los rituales.
  • Practicar técnicas de relajación.
    Respiración profunda, atención plena y aceptación pueden disminuir la reactividad emocional.
  • Educarse sobre el TOC.
    Comprender el trastorno ayuda a reducir el estigma y mejora la adherencia al tratamiento.

Conclusión

El trastorno obsesivo compulsivo según el DSM-V es una afección real, reconocida clínicamente, que causa un gran sufrimiento pero que también puede ser tratada con éxito.

Comprender sus características, criterios diagnósticos y mecanismos de mantenimiento es clave para intervenir desde una perspectiva cognitivo-conductual eficaz.

No se trata de “manías” ni “excentricidades”, sino de un trastorno serio que merece atención profesional.

La esperanza está en la evidencia: el TOC puede mejorar significativamente con terapia adecuada y compromiso personal.

Recursos a explorar

Referencias bibliográficas

  1. American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: APA Publishing.
  2. Clark, D. A., & Beck, A. T. (2010). Cognitive Therapy of Anxiety Disorders: Science and Practice. Guilford Press.
  3. Abramowitz, J. S. (2006). Understanding and treating obsessive-compulsive disorder: A cognitive-behavioral approach. Routledge.

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