Vértigo por ansiedad
El vértigo suele relacionarse con alteraciones del oído interno o problemas neurológicos.
Sin embargo, muchas personas consultan por una sensación de mareo, inestabilidad o despersonalización sin que exista una causa orgánica clara.
Esto plantea una pregunta relevante desde la salud mental: ¿existe el vértigo por ansiedad?
Desde la psicología cognitivo-conductual, reconocemos que trastornos de ansiedad pueden generar síntomas físicos intensos, entre ellos sensaciones similares al vértigo.
Entender este fenómeno es fundamental para abordarlo de manera eficaz y evitar una cronificación innecesaria del malestar.

¿Existe el vértigo por ansiedad?
¿Qué es el vértigo desde una perspectiva clínica?
El vértigo es la percepción ilusoria de movimiento, generalmente una sensación de giro o desequilibrio, que suele estar asociada a problemas en el sistema vestibular.
A diferencia del mareo, que puede tener causas más amplias, el vértigo está más relacionado con disfunciones específicas.
No obstante, cuando todas las pruebas médicas son normales, es necesario considerar un origen psicológico.
¿Cómo se relaciona la ansiedad con el vértigo?
Desde el enfoque cognitivo-conductual, la ansiedad es una respuesta anticipatoria de amenaza.
Esta activación puede desencadenar hiperventilación, tensión muscular, alteraciones del equilibrio y síntomas neurovegetativos.
Todo esto puede provocar una percepción subjetiva de mareo o vértigo, incluso sin una alteración física real.
Esto es particularmente común en personas con trastorno de pánico, ansiedad social o trastorno de ansiedad generalizada.
El cerebro, en estados de alta activación, puede distorsionar la percepción espacial y sensorial, provocando síntomas como visión borrosa, sensación de inestabilidad, confusión o vértigo leve a moderado.
Cuando esto ocurre, el miedo al mareo puede reforzar el círculo de ansiedad.
¿Cuáles son los síntomas del vértigo por ansiedad?
Algunos síntomas comunes incluyen:
- Sensación de desmayo inminente.
- Inestabilidad al caminar.
- Cabeza “ligera” o aturdida.
- Náuseas leves.
- Sensación de desconexión del entorno.
- Hipervigilancia de las sensaciones físicas.
Estos síntomas suelen agravarse en espacios cerrados, lugares con mucha gente o situaciones sociales donde la persona siente que no puede escapar.
A diferencia del vértigo vestibular, no hay movimientos oculares anormales ni pérdida real del equilibrio.
¿Cómo se trata el vértigo por ansiedad?
El tratamiento más efectivo es el psicológico, centrado en la psicoeducación, la reestructuración cognitiva y la exposición gradual a situaciones temidas.
También puede incluir técnicas de relajación, respiración diafragmática y atención plena.
En casos más intensos, puede ser útil la intervención médica con ansiolíticos o antidepresivos, siempre bajo indicación profesional.
En terapia cognitivo-conductual trabajamos con la interpretación que hace la persona sobre sus síntomas físicos.
Muchas veces, lo que mantiene el vértigo es el miedo a perder el control, tener una enfermedad grave o desmayarse, lo cual genera más ansiedad y perpetúa el ciclo.
Sugerencias prácticas para el lector
- Registra tus síntomas: Lleva un diario para identificar en qué contextos aparece el vértigo. Esto te ayudará a detectar patrones emocionales y de pensamiento.
- Evita la hipervigilancia: Observar en exceso tus síntomas físicos puede amplificarlos. Dirige tu atención hacia el entorno o una tarea concreta.
- Practica la respiración consciente: La hiperventilación puede desencadenar vértigo. Practicar respiración lenta y abdominal puede ser clave para calmar el sistema nervioso.
- No te asustes si los exámenes salen normales: Que no haya causa médica no significa que el síntoma no sea real. El vértigo por ansiedad es una experiencia válida y tratable.
- Busca apoyo terapéutico: La terapia para la ansiedad te permitirá abordar el problema desde la raíz y recuperar la seguridad corporal.
Conclusiones
El vértigo por ansiedad es una manifestación común pero poco reconocida del malestar emocional.
Desde la psicología cognitivo-conductual entendemos que el cuerpo y la mente están profundamente interconectados, y que un estado de ansiedad sostenido puede producir síntomas físicos intensos como la sensación de vértigo.
Identificar que el origen del mareo puede ser psicológico no invalida su intensidad, sino que abre la puerta a un tratamiento eficaz.
El abordaje psicoterapéutico permite a las personas recuperar el control, disminuir el miedo y restaurar la confianza en sus sensaciones corporales.
Si este es tu caso, no estás solo: es tratable y tiene solución.
Links de interés
Referencias bibliográficas
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