Adicciones sexuales
El término adicciones sexuales se ha utilizado para describir patrones de conducta sexual compulsiva que afectan la vida personal, social y laboral de quienes las padecen.
Aunque no están formalmente reconocidas en el DSM-V, presentan características similares a otras adicciones comportamentales, como la pérdida de control, la tolerancia y la interferencia con la vida cotidiana.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, es fundamental diferenciar entre una conducta sexual adictiva y otras expresiones de la sexualidad, como las conductas fetichistas.

Características de las adicciones sexuales
Las adicciones sexuales pueden manifestarse de diversas formas, incluyendo:
- Masturbación compulsiva: Necesidad incontrolable de masturbarse repetidamente, afectando el bienestar emocional y el desempeño en la vida diaria.
- Consumo excesivo de pornografía: Uso desmedido de material pornográfico que interfiere con la vida personal y las relaciones interpersonales.
- Conductas sexuales de riesgo: Búsqueda constante de encuentros sexuales sin precaución o con múltiples parejas sin considerar consecuencias.
- Servicios sexuales compulsivos: Uso repetitivo e incontrolable de servicios de prostitución o contenido sexual pago.
- Exhibicionismo o voyerismo compulsivo: Participación en prácticas sexuales de manera inadecuada o riesgosa para la estabilidad social o emocional del individuo.
Diferencia entre adicción sexual y conductas fetichistas
Es importante distinguir entre la adicción sexual y las conductas fetichistas, ya que no todas las expresiones sexuales fuera de la norma implican una adicción.
- Conducta adictiva: Se caracteriza por la compulsión, la pérdida de control, la interferencia con la vida cotidiana y el malestar significativo.
La persona no logra moderar su comportamiento, aun cuando le genera consecuencias negativas. - Conducta fetichista: Se refiere a la preferencia o excitación sexual derivada de objetos, situaciones o prácticas específicas.
No necesariamente es compulsiva ni interfiere con la funcionalidad de la persona, a menos que genere malestar clínicamente significativo o afecte sus relaciones interpersonales.
Sugerencias para manejar conductas sexuales compulsivas
Si una persona siente que sus conductas sexuales están afectando su bienestar, puede implementar estrategias basadas en la terapia cognitivo-conductual:
- Autoconciencia: Llevar un registro del comportamiento sexual para identificar patrones y desencadenantes.
- Técnicas de control de estímulos: Reducir la exposición a situaciones que faciliten la conducta sexual compulsiva, como el acceso ilimitado a contenido pornográfico.
- Reestructuración cognitiva: Identificar y modificar pensamientos automáticos asociados a la conducta compulsiva.
- Desarrollo de estrategias alternativas: Sustituir la conducta sexual compulsiva por actividades que generen gratificación sin consecuencias negativas, como el ejercicio o la meditación.
- Búsqueda de apoyo profesional: Si la conducta se percibe como incontrolable, acudir a un especialista en terapia cognitivo-conductual puede ser clave para desarrollar estrategias adecuadas.
Conclusión
Las adicciones sexuales pueden afectar significativamente la vida de quienes las padecen, generando malestar emocional y problemas interpersonales.
Sin embargo, es crucial diferenciar entre una conducta compulsiva y una preferencia sexual no problemática. Implementar estrategias de regulación emocional y autocontrol puede ayudar a gestionar este comportamiento y mejorar la calidad de vida.
Referencias
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.).Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- World Health Organization. (2019). International Classification of Diseases, 11th Revision (ICD-11).
- Carnes, P. (2001). Out of the Shadows: Understanding Sexual Addiction. Hazelden Publishing.