Es ansiedad o TDAH
Es ansiedad o TDAH

Mi problema con la atención: ¿Es ansiedad o TDAH?

¿Es ansiedad o TDAH?

La concentración se ha vuelto cada vez más difícil.

En el trabajo, leer un correo completo puede ser una tarea agotadora.

Al estudiar, una simple notificación del teléfono puede hacer perder el hilo por completo. Y cuando llega la noche, la mente parece no querer apagar su actividad, rumiando errores, pendientes y preocupaciones. ¿Es esto ansiedad o TDAH?

Este tipo de duda es cada vez más frecuente.

En consulta psicológica, muchas personas llegan con una preocupación puntual: creen tener Trastorno por Déficit Atencional (TDAH), pero en realidad están enfrentando una alta carga de ansiedad.

O al revés: buscan ayuda por su ansiedad, sin sospechar que la causa raíz podría ser neurobiológica.

Para poder diferenciar, comprender y tratar correctamente ambos cuadros, es necesario revisar sus características, puntos de convergencia y cómo el enfoque cognitivo-conductual puede guiar el diagnóstico y la intervención.

Es ansiedad o TDAH
Es ansiedad o TDAH

Mi problema con la atención: ¿Es ansiedad o TDAH?

¿Por qué ansiedad y TDAH pueden confundirse?

Tanto la ansiedad como el TDAH afectan funciones ejecutivas del cerebro: atención, memoria de trabajo, control de impulsos y planificación. Pero lo hacen por razones diferentes.

En el caso de la ansiedad, la atención se ve interferida por pensamientos repetitivos, anticipaciones negativas y preocupaciones excesivas.

La mente está tan ocupada escaneando amenazas (reales o imaginarias), que no puede enfocarse en la tarea presente.

Esto se conoce como “hipervigilancia cognitiva” (o ansiedad anticipatoria).

Por otro lado, en el TDAH, la dificultad atencional es más persistente, no depende tanto del contexto emocional, y puede deberse a una disfunción en la autorregulación dopaminérgica.

La persona se distrae con facilidad incluso en contextos tranquilos, y puede tener problemas para iniciar tareas o mantener el esfuerzo sostenido, aunque no sienta preocupación o estrés.

Así, una persona puede presentar desorganización, procrastinación y olvidos tanto por ansiedad como por TDAH.

La diferencia está en el origen y en la trayectoria de esos síntomas.

¿Cómo saber si es ansiedad o TDAH?

Desde la psicología cognitivo-conductual, se recomienda observar tres aspectos clave para distinguir entre ansiedad y TDAH: la historia evolutiva, el patrón de pensamientos, y la respuesta al estrés.

Historia del problema

    • En el TDAH, las dificultades suelen ser evidentes desde la infancia o adolescencia, y se mantienen a lo largo de la vida, aunque puedan variar en intensidad.
      Muchas veces hay antecedentes escolares de bajo rendimiento, olvidos frecuentes o problemas para seguir instrucciones.
    • En la ansiedad, los síntomas pueden aparecer de manera más repentina, especialmente tras una situación de alta demanda emocional o estrés.
      La atención fluctuante es más reciente y dependiente del contexto.

    Contenido de los pensamientos

      • En la ansiedad, hay una presencia clara de pensamientos anticipatorios, temores, autocrítica o necesidad de control.
        El foco está en el futuro y en la evitación del malestar.
      • En el TDAH, no necesariamente hay ansiedad.
        Las dificultades aparecen incluso en ausencia de preocupaciones o pensamientos negativos.

      Reacción emocional y conductual

        • La persona con ansiedad suele mostrarse tensa, inquieta, hiperalerta, con somatizaciones como el insomnio, taquicardia o sudoración.
          Siente que si no rinde bien, algo malo pasará.
        • En el TDAH, hay más frustración que angustia.
          El malestar suele venir tras el fallo en la tarea, no antes.
          Puede haber evitación por aburrimiento o falta de interés más que por miedo.

        Casos clínicos ilustrativos sobre si es ansiedad o TDAH

        Caso 1 – Catalina, 29 años:
        Acude a consulta porque no logra concentrarse en su trabajo remoto.

        Siente que su mente “se va sola”, le cuesta terminar lo que empieza, y olvida tareas importantes.

        Cree tener TDAH, pero al indagar, los síntomas empezaron hace un año tras un cambio laboral estresante.

        Además, presenta pensamientos catastroficos y pánico ante la posibilidad de cometer errores.

        El diagnóstico: trastorno de ansiedad generalizada.

        Caso 2 – Sebastián, 33 años:
        Desde niño fue inquieto, desorganizado y tuvo problemas en el colegio.

        De adulto, se le dificulta estructurar sus rutinas, pierde cosas frecuentemente y le cuesta mantener conversaciones sin interrumpir.

        No presenta ansiedad aparente.

        Tras la evaluación clínica, cumple criterios de TDAH tipo combinado.

        Ambos presentan “problemas de atención”, pero su origen es muy distinto.

        Esto es clave para definir el tratamiento adecuado.

        Evaluación y tratamiento desde el enfoque cognitivo-conductual

        Un diagnóstico preciso requiere una evaluación clínica detallada.

        No basta con cuestionarios en línea o autodiagnóstico.

        Se deben aplicar entrevistas estructuradas, escalas específicas (como el DIVA-5 para TDAH en adultos), y análisis funcionales del comportamiento.

        Cuando se trata de ansiedad, el tratamiento cognitivo-conductual se centra en:

        En cambio, en el caso de TDAH, el foco terapéutico suele estar en:

        • Establecer rutinas y estructuras externas.
        • Aplicar reforzamiento positivo y recompensas conductuales.
        • Usar organizadores visuales y recordatorios.
        • Entrenar en habilidades sociales y de solución de problemas.
        • En muchos casos, se sugiere además evaluación psiquiátrica para considerar farmacoterapia.

        Cabe mencionar que ambos cuadros pueden coexistir.

        De hecho, hasta un 50% de las personas con TDAH también tienen algún trastorno de ansiedad.

        En esos casos, el abordaje debe ser integral, priorizando primero el control de la ansiedad si ésta interfiere en la intervención del TDAH.

        Sugerencias prácticas para quienes dudan si es ansiedad o TDAH

        1. Lleva un registro de tus dificultades: anota cuándo aparecen, qué las activa y cómo reaccionas. Esto puede darte pistas sobre su origen.
        2. Evita autodiagnosticarte en redes sociales: muchas publicaciones virales sobre TDAH o ansiedad generalizan síntomas que requieren análisis clínico.
        3. Consulta con un profesional de la salud mental: un psicólogo o psiquiatra con experiencia en evaluación diagnóstica puede orientarte mejor.
        4. No temas al diagnóstico: tanto la ansiedad como el TDAH tienen tratamientos eficaces. Lo importante es saber qué está afectando tu vida y actuar.
        5. Cuida tu estilo de vida: sueño adecuado, alimentación, ejercicio y desconexión digital ayudan a mejorar la atención en ambos casos.

        Conclusión

        La pregunta “¿es ansiedad o TDAH?” no siempre tiene una respuesta sencilla.

        Ambos trastornos pueden producir síntomas similares en cuanto a atención, memoria y rendimiento.

        Sin embargo, conocer sus diferencias permite una comprensión más precisa y un abordaje terapéutico más efectivo.

        Desde la psicología cognitivo-conductual, se promueve una mirada integradora, centrada en las funciones psicológicas y los contextos en que se desarrollan.

        Si tienes dudas, lo más recomendable es buscar apoyo profesional y no quedarte solo/a con la confusión.

        Recursos útiles a explorar

        Referencias bibliográfica

        1. American Psychiatric Association. (2022). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5th Edition – Text Revision (DSM-5-TR).
        2. Barkley, R. A. (2015). Attention-Deficit Hyperactivity Disorder: A Handbook for Diagnosis and Treatment.
        3. Clark, D. A., & Beck, A. T. (2012). The Anxiety and Worry Workbook: The Cognitive Behavioral Solution.
        4. Ramsay, J. R., & Rostain, A. L. (2015). Cognitive Behavioral Therapy for Adult ADHD: An Integrative Psychosocial and Medical Approach.

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