ansiedad o tdah
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Diferencias entre ansiedad o TDAH

Diferencias entre ansiedad o TDAH

En la práctica clínica, es común que muchas personas lleguen a consulta preguntándose si lo que experimentan se debe a ansiedad o TDAH.

Ambos trastornos comparten síntomas como la dificultad para concentrarse, el nerviosismo y la impulsividad, lo que puede llevar a confusión en el diagnóstico.

Identificar si se trata de ansiedad o TDAH es crucial para definir un tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida del paciente.

Este artículo te ayudará a comprender las diferencias clave entre estos dos trastornos desde una perspectiva cognitivo-conductual.

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Diferencias entre ansiedad o TDAH

¿Qué es la ansiedad?

Desde el enfoque cognitivo-conductual, la ansiedad se define como una respuesta emocional ante una percepción de amenaza.

Esta respuesta incluye síntomas físicos (palpitaciones, sudoración), cognitivos (pensamientos catastrofistas) y conductuales (evitación).

La ansiedad puede presentarse de forma aguda, como en una crisis de pánico, o de forma crónica, como en el trastorno de ansiedad generalizada o la ansiedad crónica.

La persona con ansiedad suele anticipar peligros futuros, sentirse abrumada por preocupaciones constantes y tener una alta activación fisiológica incluso en contextos donde no hay un riesgo real.

Esta hiperactivación puede afectar la concentración, el sueño, el estado de ánimo y las relaciones sociales.

¿Qué es el TDAH?

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo, caracterizado por tres núcleos sintomáticos: inatención, hiperactividad e impulsividad.

A diferencia de la ansiedad, el TDAH tiene un origen neurobiológico y suele manifestarse en la infancia, aunque muchos adultos continúan presentando síntomas en la vida adulta.

El TDAH puede afectar el rendimiento académico, laboral y social.

Las personas con este trastorno suelen distraerse fácilmente, interrumpen conversaciones, tienen dificultades para terminar tareas y presentan desorganización crónica.

Aunque pueden parecer inquietos o nerviosos, esta activación no se debe al miedo, sino a una dificultad para autorregular su conducta.

Similitudes entre ansiedad o TDAH

Ambos trastornos pueden incluir síntomas similares, lo que complica el diagnóstico.

Por ejemplo:

  • Dificultades de concentración y atención.
  • Inquietud motora (temblores, movimiento constante).
  • Impulsividad o dificultad para inhibir respuestas.
  • Problemas de sueño o el insomnio.
  • Bajo rendimiento académico o laboral.

Desde la perspectiva cognitivo-conductual, estos síntomas deben analizarse según su función y contexto.

La inquietud en la ansiedad, por ejemplo, suele tener un componente anticipatorio y está ligada al miedo.

En el TDAH, la inquietud es más constante y no necesariamente se relaciona con pensamientos ansiosos.

Diferencias clave entre ansiedad o TDAH

Para distinguir correctamente entre ansiedad y TDAH, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Origen del malestar

En la ansiedad, el malestar proviene de pensamientos intrusivos negativos, como “voy a fallar” o “algo malo va a pasar”.

En el TDAH, en cambio, el malestar está más vinculado a las consecuencias de la desorganización (como olvidar tareas o llegar tarde) y no a una anticipación ansiosa.

2. Curso temporal

La ansiedad puede aparecer en diferentes momentos de la vida, especialmente ante eventos estresantes.

El TDAH, en cambio, suele tener una aparición temprana (antes de los 12 años) y se mantiene a lo largo del tiempo.

3. Atención fluctuante vs. sostenida

Las personas con ansiedad pueden concentrarse si se reduce la activación emocional.

En cambio, quienes tienen TDAH presentan dificultades para mantener la atención incluso en situaciones neutras o motivadoras.

4. Respuesta al tratamiento

La ansiedad responde positivamente a técnicas de reestructuración cognitiva, exposición gradual y relajación.

El TDAH requiere estrategias estructurales como rutinas, organización del entorno, entrenamiento en habilidades ejecutivas y, en algunos casos, medicación estimulante.

Caso clínico diferenciado ansiedad o TDAH

Carolina, de 29 años, consulta porque no logra concentrarse en el trabajo.

Se distrae fácilmente, olvida reuniones y siente que su mente va muy rápido.

Al evaluarla, menciona que constantemente piensa que será despedida, le cuesta dormir por la noche y su preocupación se intensifica los domingos por la tarde.

Durante la entrevista, se observa que sus pensamientos están marcados por el miedo al futuro y la autocrítica constante.

A través de una evaluación psicodiagnóstica, se determina que sus síntomas corresponden a un cuadro de ansiedad generalizada.

El tratamiento se enfoca en identificar sus distorsiones cognitivas, aplicar técnicas para desarrollar la atención plena y exposición a las situaciones que evita.

A las pocas semanas, Carolina mejora su atención, duerme mejor y logra sostener conversaciones sin distracción.

Este caso muestra cómo el deterioro atencional puede deberse a ansiedad más que a TDAH, y cómo un enfoque terapéutico adecuado puede generar cambios significativos.

Sugerencias para el lector

  1. Registra tus síntomas: Observa si tus dificultades atencionales se acompañan de preocupación constante, miedo al fracaso o síntomas físicos de ansiedad.
  2. Evalúa el contexto: ¿Tus síntomas mejoran en vacaciones o situaciones relajadas? Si es así, es probable que se trate de ansiedad y no de TDAH.
  3. Consulta a un profesional: Un psicólogo clínico puede ayudarte a diferenciar entre ambos trastornos mediante entrevistas, cuestionarios estandarizados y observación clínica.
  4. Evita autodiagnosticarte: Ambos cuadros requieren una evaluación cuidadosa. Muchas personas con ansiedad pueden confundir sus síntomas con TDAH y viceversa.
  5. Prueba técnicas específicas: La meditación, la escritura terapéutica o el uso de agendas pueden ayudarte a manejar los síntomas y observar su evolución.

Conclusión

Diferenciar entre ansiedad o TDAH es una tarea clínica compleja pero esencial.

Aunque comparten síntomas, sus causas, evolución y tratamientos son distintos.

Mientras que la ansiedad surge como una respuesta emocional ante una amenaza, el TDAH tiene una base neurobiológica que afecta la autorregulación.

Una evaluación adecuada y el acompañamiento terapéutico pueden marcar una gran diferencia en la vida de las personas que conviven con estos trastornos.

Si sospechas que puedes presentar alguno de ellos, no dudes en buscar orientación profesional.

Recursos a explorar

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association. (2022). DSM-5-TR: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5.ª ed. revisada).
  • Barkley, R. A. (2015). Attention-deficit hyperactivity disorder: A handbook for diagnosis and treatment. Guilford Press.
  • Clark, D. A., & Beck, A. T. (2012). The Anxiety and Worry Workbook: The Cognitive Behavioral Solution. Guilford Press.