Adicción a los videojuegos
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¿Existe la adicción a los videojuegos?

Adicción a los videojuegos

La “adicción a los videojuegos” es un tema de debate en la comunidad científica y psicológica. Con el auge de los juegos en línea y la creciente accesibilidad a plataformas digitales, muchas personas experimentan dificultades para regular su tiempo de juego.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido el trastorno por uso de videojuegos en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), pero el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) aún no lo considera un diagnóstico oficial.

¿Realmente podemos hablar de adicción a los videojuegos?

En este artículo exploramos qué dice la ciencia y cómo se aborda desde la psicología cognitivo-conductual.

Adicción a los videojuegos

¿Qué es la adicción a los videojuegos?

El término “adicción a los videojuegos” se usa para describir un patrón de juego excesivo y compulsivo que interfiere con la vida cotidiana de una persona.

Quienes experimentan este problema pueden sentir una necesidad incontrolable de jugar, a pesar de las consecuencias negativas en su salud, relaciones y desempeño académico o laboral.

La liberación de neurotrasmisores positivos que liberan los videojuegos, como la dopamina, hacen que esta actividad se vuelva repetitiva en las personas que mientras buscar profundizar más y más en sus juegos.

Algunos signos que podrían indicar una adicción a los videojuegos incluyen:

  • Pérdida de control sobre el tiempo de juego.
  • Abandono de responsabilidades personales, académicas o laborales.
  • Uso de los videojuegos como escape de emociones negativas.
  • Irritabilidad o ansiedad cuando no se puede jugar.
  • Aislamiento social y reducción de otras actividades de ocio.

El reconocimiento de la adicción a los videojuegos en el CIE-11 y DSM-V

La OMS incluyó el trastorno por uso de videojuegos en el CIE-11, definiéndolo como un patrón de juego persistente que afecta significativamente la vida del individuo.

Los criterios incluyen:

  1. Pérdida de control sobre el juego: Dificultad para detener o reducir el tiempo de juego.
  2. Prioridad creciente del juego sobre otras actividades.
  3. Continuación del juego a pesar de consecuencias negativas.
  4. Impacto significativo en la vida personal, familiar, social, educativa o laboral.

Por otro lado, el DSM-V no reconoce la adicción a los videojuegos como un trastorno oficial, aunque menciona el trastorno por juego en internet como una condición que requiere más investigación.

Perspectiva cognitivo-conductual sobre la adicción a los videojuegos

Desde la psicología cognitivo-conductual, la adicción a los videojuegos se comprende como un comportamiento reforzado por la gratificación inmediata (refuerzo positivo) y la evitación de malestar emocional (refuerzo negativo).

El tratamiento busca modificar los pensamientos y hábitos que perpetúan el uso excesivo del juego.

Algunas estrategias incluyen:

  • Reestructuración cognitiva: Identificar y cambiar pensamientos irracionales sobre el juego.
  • Autocontrol y establecimiento de límites: Definir horarios y reducir el tiempo de juego progresivamente.
  • Identificación de desencadenantes: Determinar qué situaciones o emociones llevan al juego excesivo.
  • Sustitución de actividades: Fomentar otros pasatiempos que generen bienestar sin necesidad de videojuegos.

Conclusión y recomendaciones

Si bien la “adicción a los videojuegos” aún no es un diagnóstico universalmente aceptado, su impacto en la vida de algunas personas es real, similar a lo que ocurre con la adicción al celular.

Para quienes experimentan dificultades para regular su tiempo de juego, se recomienda:

  1. Establecer límites de tiempo: Utilizar herramientas de control parental o aplicaciones de monitoreo.
  2. Fomentar un equilibrio en las actividades diarias: Incorporar ejercicio, lectura o interacciones sociales cara a cara.
  3. Identificar motivaciones subyacentes: Explorar si el juego se usa como escape de problemas emocionales.
  4. Buscar ayuda profesional: Un psicólogo especializado puede ayudar a desarrollar estrategias de regulación del comportamiento.

Para más información, puedes consultar fuentes como NIH o APA.

Referencias bibliográficas

  • World Health Organization. (2019). International Classification of Diseases (11th ed.). Geneva: WHO.
  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
  • Gentile, D. A., Choo, H., Liau, A., Sim, T., Li, D., Fung, D., & Khoo, A. (2011). Pathological video game use among youths: A two-year longitudinal study. Pediatrics, 127(2), e319-e329.

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