Atención plena al cuerpo
En un mundo donde el estrés y la desconexión con nuestras emociones dominan la vida cotidiana, la atención plena al cuerpo se ha transformado en una herramienta eficaz para recuperar el equilibrio.
Desde una mirada cognitivo-conductual, esta práctica permite mejorar la autorregulación emocional, fortalecer la conciencia del presente y reducir síntomas asociados a la ansiedad y el malestar psicológico.
Pero ¿qué significa realmente prestar atención al cuerpo de forma plena?
La atención plena al cuerpo, también conocida como body scan en los enfoques de mindfulness basados en la evidencia, consiste en dirigir intencionadamente la atención a las sensaciones físicas corporales, observándolas sin juzgar ni intentar cambiarlas.
Este tipo de práctica no solo contribuye a reducir la rumiación, sino que fortalece la capacidad de tolerar malestares emocionales sin evitarlos, algo central en la terapia cognitivo-conductual y en tratamientos basados en aceptación y compromiso (ACT).

¿Cómo practicar la atención plena al cuerpo?
Conectar con el cuerpo desde la atención plena permite detectar tensiones, emociones reprimidas o signos de agotamiento que usualmente ignoramos.
Según el DSM-5 y el CIE-11, muchos trastornos de estrés y ansiedad presentan síntomas somáticos, lo que demuestra la importancia de integrar el cuerpo en el proceso terapéutico.
Desde esta base, exploraremos los beneficios de la atención plena al cuerpo, cómo implementarla paso a paso, su utilidad en contextos clínicos y un caso práctico para ilustrar su aplicación.
Beneficios psicológicos de la atención plena al cuerpo
Cuando una persona practica la atención plena al cuerpo de forma regular, entrena su mente para observar sin reaccionar de manera automática.
Esto fortalece la capacidad de diferenciar entre el malestar físico transitorio y una amenaza real, reduciendo así la activación del sistema nervioso simpático.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, uno de los beneficios más importantes es el desarrollo del autocontrol atencional.
Al prestar atención a las sensaciones físicas en vez de centrarse en pensamientos intrusivos, la persona interrumpe patrones de pensamiento disfuncional.
También se ha observado que esta práctica puede reducir la impulsividad, mejorar la calidad del sueño y disminuir la percepción subjetiva de dolor, en línea con tratamientos para el insomnio y el dolor crónico.
En contextos terapéuticos, la atención plena al cuerpo ayuda a aumentar la conciencia interoceptiva, clave para identificar emociones antes de que se intensifiquen.
Esto puede facilitar intervenciones dirigidas a la regulación emocional, especialmente en personas que tienden a evitar emociones desagradables o que presentan trastornos de evitación experiencial.
¿Cómo se practica la atención plena al cuerpo paso a paso?
La práctica más común de atención plena al cuerpo es el body scan, que puede realizarse acostado o sentado.
Aquí se detalla una guía paso a paso desde una perspectiva terapéutica:
- Encuentra un lugar tranquilo
Siéntate o recuéstate en un espacio cómodo.
Cierra los ojos si te sientes seguro/a. - Conecta con la respiración
Haz tres respiraciones lentas y profundas.
Lleva tu atención al aire que entra y sale. - Observa desde los pies hasta la cabeza
Comienza con los dedos de los pies.
¿Qué sientes? ¿Calor, frío, presión, cosquilleo?
No juzgues.
Solo observa. - Sigue avanzando lentamente
Pasa por los tobillos, pantorrillas, rodillas, muslos… hasta llegar al rostro.
Detente en cada parte por unos segundos. - Acepta sin cambiar nada
No necesitas relajar ni tensar.
Solo sentir.
Si surge dolor o incomodidad, obsérvalo con amabilidad. - Regresa a la respiración
Al finalizar, lleva tu atención de nuevo a la respiración por unos instantes antes de abrir los ojos.
Esta práctica puede durar entre 5 y 30 minutos.
Lo importante es mantener una actitud de apertura, curiosidad y aceptación.
Aplicaciones clínicas de la atención plena al cuerpo
En consulta psicológica, especialmente desde enfoques cognitivo-conductuales de tercera ola, como ACT o DBT, la atención plena al cuerpo cumple funciones claves.
Se emplea como técnica de exposición para personas con ansiedad, facilitando que toleren sensaciones físicas sin huir de ellas.
En la depresión, ayuda a romper la desconexión emocional.
En el tratamiento del trauma, se aplica con cuidado para evitar reactivaciones, pero puede facilitar la reconexión segura con el cuerpo.
Además, se utiliza para desarrollar conciencia del hambre emocional en pacientes con trastornos alimentarios, o para prevenir recaídas en consumo de sustancias, al identificar señales físicas previas a una urgencia de consumo.
En estos contextos, la integración del cuerpo como guía de información interna es coherente con los principios del DSM-5 sobre la sintomatología somática en múltiples trastornos mentales.
Caso clínico: Laura y el estrés crónico
Laura, de 34 años, llegó a terapia con síntomas de ansiedad: insomnio, tensión muscular y dificultad para concentrarse.
Aunque era consciente de sus pensamientos catastróficos, no lograba “salirse” de ese estado.
Durante las sesiones, se integró una práctica de atención plena al cuerpo tres veces por semana.
Al principio, le resultaba difícil permanecer en contacto con las sensaciones. Notaba inquietud o ganas de abandonar.
Sin embargo, con guía, aprendió a observar esos impulsos sin actuar.
En la quinta semana, Laura comenzó a notar que su cuerpo “le avisaba” antes de sentirse abrumada.
Aprendió a reconocer señales como una respiración acelerada o presión en el pecho, y a responder con pausas conscientes.
Esta habilidad le permitió reducir sus niveles de ansiedad y dormir mejor, al dejar de reaccionar automáticamente frente al malestar físico.
Sugerencias para comenzar a practicar la atención plena al cuerpo
- Comienza con prácticas cortas de 5 minutos al día y ve aumentando el tiempo progresivamente.
- Utiliza audios guiados de body scan para no perder el foco, sobre todo en etapas iniciales.
- No busques resultados inmediatos. El objetivo es observar, no cambiar.
- Sé amable contigo. Si pierdes la atención, regresa sin culpas.
- Integra esta práctica a tu rutina diaria. Puede hacerse al despertar, antes de dormir o como pausa consciente en el trabajo.
Conclusión
La atención plena al cuerpo es mucho más que una técnica de relajación.
Es una herramienta transformadora que nos permite reconectar con lo que sentimos, reconocer nuestras necesidades y responder de forma más consciente.
Desde una perspectiva cognitivo-conductual, esta práctica favorece la autoconciencia, la regulación emocional y el bienestar general.
En una sociedad que vive de espaldas al cuerpo, prestar atención plena a nuestras sensaciones puede ser el primer paso hacia una vida más plena y equilibrada.
Recursos a explorar
- Mindfulness Body Scan – Audio guiado por Jon Kabat-Zinn (en inglés)
- Artículo de la APA: ¿Qué es la atención plena y cómo ayuda?
- 20 frases de atención plena
- 9 beneficios de la atención plena
Referencias bibliográficas
- Kabat-Zinn, J. (2003). Mindfulness-Based Interventions in Context: Past, Present, and Future. Clinical Psychology: Science and Practice.
- Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and Commitment Therapy: An Experiential Approach to Behavior Change.
- American Psychiatric Association. (2022). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5-TR).
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