Síndrome de burnout
El síndrome de burnout es un fenómeno psicológico que se manifiesta como una respuesta al estrés laboral crónico, cuando no se gestionan de forma adecuada las exigencias del entorno profesional.
Esta condición afecta tanto la salud mental como el rendimiento personal, generando un profundo agotamiento emocional, una actitud negativa hacia el trabajo y una disminución de la eficacia profesional.
Desde el enfoque de la psicología cognitivo-conductual, el burnout se comprende como el resultado de pensamientos disfuncionales, autoexigencia extrema y comportamientos de sobreimplicación en contextos altamente demandantes.
Aunque muchas veces se normaliza como “parte del trabajo”, el síndrome de burnout puede tener consecuencias graves si no se identifica y aborda a tiempo.
A continuación, exploraremos en detalle qué es el síndrome de burnout, sus síntomas, factores que lo provocan, cómo abordarlo desde la terapia cognitivo-conductual y qué hacer si estás atravesando una situación similar.

¿Qué es el síndrome de burnout?
El término “burnout” fue introducido por Herbert Freudenberger en 1974 y popularizado por Christina Maslach en los años 80.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su clasificación CIE-11, lo define como un “fenómeno ocupacional” y no como una enfermedad mental, aunque sus efectos psicológicos son clínicamente relevantes.
El síndrome de burnout se caracteriza por tres dimensiones:
- Agotamiento emocional: Sensación de fatiga persistente y falta de energía.
- Despersonalización o cinismo: Actitudes negativas, distantes o cínicas hacia el trabajo o los compañeros.
- Baja realización personal: Sentimientos de ineficacia y falta de logros profesionales.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, este síndrome se alimenta de patrones mentales como la necesidad de perfección, el deberismo (“debo hacer todo bien”) y la sobreidentificación con el rol laboral.
Estos esquemas de pensamiento fomentan conductas de sobretrabajo, dificultad para poner límites y evitación del descanso, perpetuando así el ciclo de agotamiento.
Síntomas del síndrome de burnout
Los síntomas del síndrome de burnout pueden confundirse con trastornos como los síntomas de depresión o los síntomas de ansiedad.
Sin embargo, su origen está directamente vinculado al entorno laboral.
Los principales síntomas del burnout son:
- Cansancio extremo, incluso después de descansar.
- Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
- Sensación de inutilidad o fracaso profesional.
- Pérdida de motivación por el trabajo.
- Irritabilidad o aislamiento social.
- Actitudes cínicas o distantes con colegas y clientes.
- Trastorno del sueño y del apetito.
- Problemas físicos como dolores de cabeza, tensión muscular o problemas gastrointestinales.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, estos síntomas están mediados por pensamientos intrusivos negativos como “si no rindo al máximo, soy un fracaso” o “no tengo derecho a descansar”, los cuales generan conductas contraproducentes como evitar vacaciones, no delegar tareas o asumir más responsabilidades de las que se pueden manejar.
Factores que causan el síndrome de burnout
El síndrome de burnout no aparece de forma repentina.
Se desarrolla progresivamente como resultado de la acumulación de factores estresantes sin estrategias adecuadas de afrontamiento.
Los principales factores que lo provocan son:
- Sobrecarga laboral: Tareas excesivas, plazos urgentes y jornadas prolongadas.
- Falta de control: Escasa autonomía para tomar decisiones.
- Injusticia organizacional: Trato desigual, favoritismos o mala comunicación interna.
- Falta de reconocimiento: No recibir retroalimentación positiva o recompensas por el trabajo bien hecho.
- Desalineación de valores: Sentir que el trabajo no tiene sentido o entra en conflicto con los valores personales.
- Ambiente tóxico: Malas relaciones con compañeros, jefaturas autoritarias o acoso laboral.
La terapia cognitivo-conductual trabaja identificando cómo los esquemas mentales de la persona influyen en su percepción del entorno laboral.
Por ejemplo, alguien con una fuerte necesidad de aprobación tenderá a no poner límites, mientras que alguien con miedo al fracaso puede evitar delegar por temor a que las cosas no salgan como espera.
Tratamiento del síndrome de burnout desde la TCC
La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva en el tratamiento del burnout.
Su objetivo es modificar los pensamientos disfuncionales y promover conductas más saludables que permitan recuperar el bienestar emocional y el equilibrio entre vida personal y laboral.
Los principales componentes del tratamiento incluyen:
- Reestructuración cognitiva: Identificación de distorsiones como el pensamiento “todo o nada”, la catastrofización o el autoexigente.
Se trabajan para reemplazarlos por pensamientos más realistas y equilibrados. - Entrenamiento en habilidades de afrontamiento: Manejo del tiempo, establecimiento de prioridades, técnicas de relajación y resolución de problemas.
- Fortalecimiento de la autoestima profesional: Reconocer logros, validar esfuerzos y fomentar el autocuidado sin culpa.
- Asertividad y límites saludables: Aprender a decir que no, negociar tareas y proteger el tiempo personal.
Además, se pueden incluir ejercicios para la atención plena, respiración consciente y exposición gradual a actividades placenteras o sociales, que suelen estar abandonadas durante el burnout.
Caso clínico
Andrés, 45 años, gerente comercial.
Durante los últimos dos años, trabajó jornadas de más de 12 horas diarias, incluyendo fines de semana.
Su motivación inicial era el compromiso con el crecimiento de la empresa, pero empezó a sentir un agotamiento persistente, distanciamiento emocional de su equipo y una sensación constante de “estar atrapado”.
En sesiones de TCC se detectaron creencias como “si descanso, soy irresponsable” y “debo demostrar que puedo con todo”.
A través de la terapia, Andrés aprendió a identificar señales de sobrecarga, establecer pausas, redistribuir tareas y resignificar su rol profesional.
En pocas semanas, reportó mayor claridad mental, menos irritabilidad y una reconexión con aspectos personales que había dejado de lado.
Sugerencias prácticas para prevenir el síndrome de burnout
- Evalúa semanalmente tu nivel de agotamiento físico y mental.
- Cuestiona pensamientos automáticos como “no puedo parar” o “si descanso, fallo”.
- Establece pausas activas cada 90 minutos durante la jornada laboral.
- Practica técnicas de relajación como respiración diafragmática o la atención plena.
- Asegúrate de incluir actividades placenteras y relaciones sociales fuera del trabajo.
- Aprende a decir “no” y delegar tareas sin culpa.
- Si los síntomas persisten más de tres semanas, considera buscar apoyo profesional.
Conclusión
El síndrome de burnout es una manifestación grave del malestar psicológico que puede afectar profundamente la vida personal y profesional.
No se trata de debilidad ni de falta de compromiso, sino del resultado de un desbalance sostenido entre lo que damos y lo que recibimos en el entorno laboral.
A través del enfoque cognitivo-conductual es posible identificar los factores que lo generan, modificar las creencias que lo mantienen y recuperar una vida más equilibrada y saludable. Reconocerlo a tiempo es el primer paso para comenzar a sanar.
Recursos a explorar
- Organización Mundial de la Salud – Burnout
- APA – Burnout: What it is and how to manage it
- ¿Cómo diferenciar si es estrés o ansiedad?
- Diferencia entre estrés intenso y crónico
Referencias bibliográficas
- Maslach, C., & Leiter, M. P. (2016). Understanding the burnout experience: Recent research and its implications for psychiatry. World Psychiatry, 15(2), 103-111.
- Beck, J. S. (2020). Terapia cognitivo-conductual: Fundamentos y aplicación. Ed. Paidós.
- Organización Mundial de la Salud (2022). Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).
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