¿La ansiedad se cura o se controla?
La ansiedad es una de las condiciones psicológicas más comunes de nuestro tiempo.
Afecta a millones de personas en distintas etapas de la vida y, aunque puede presentarse de diversas maneras, la pregunta que muchas personas se hacen es la siguiente: ¿la ansiedad se cura o se controla?
Esta duda encierra una profunda necesidad de alivio y comprensión.
En este artículo, abordaremos esta cuestión desde la psicología cognitivo-conductual, explicando qué se sabe actualmente, cómo calmar la ansiedad y qué opciones existen para recuperar el equilibrio emocional.

¿Qué es exactamente la ansiedad?
Antes de saber si se cura o se controla, necesitamos entender qué es la ansiedad.
Desde la psicología clínica, la ansiedad es una respuesta adaptativa del organismo ante una amenaza percibida.
En niveles moderados, puede ayudarnos a mantenernos alertas, enfocados y seguros.
Sin embargo, cuando esta reacción se vuelve intensa, persistente o desproporcionada frente a la situación, puede transformarse en un trastorno que afecta la vida cotidiana.
¿La ansiedad se cura o se controla?
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, la ansiedad no se “cura” en el sentido tradicional, como si fuera una infección que simplemente desaparece con medicación. En lugar de eso, se aprende a controlar y gestionar.
Existen casos en los que los síntomas desaparecen por completo gracias a un tratamiento psicológico bien estructurado, pero el foco está en el desarrollo de habilidades para responder de manera saludable frente al estrés, el miedo o las preocupaciones.
Esto se debe a que la ansiedad está influida por múltiples factores: biológicos, psicológicos, ambientales y sociales.
La genética puede predisponer, pero también el estilo de vida, el tipo de pensamiento, el nivel de estrés acumulado y el entorno en el que una persona crece. Dado que estas variables son dinámicas, el tratamiento también debe adaptarse de forma continua.
¿Qué significa controlar la ansiedad?
Controlar la ansiedad implica reconocer sus señales a tiempo y utilizar herramientas prácticas para reducir su impacto.
Esto no significa reprimir las emociones ni eliminar completamente la ansiedad de la vida (lo cual no sería realista), sino regularla con estrategias efectivas.
La psicoterapia cognitivo-conductual enseña a identificar distorsiones cognitivas, cambiar patrones de pensamiento ansioso y entrenar conductas más adaptativas.
Además, se incluyen técnicas como:
- Reestructuración cognitiva.
- Técnicas de relajación y respiración.
- Exposición gradual a estímulos temidos.
- Entrenamiento en solución de problemas.
- Atención plena y aceptación emocional.
Casos reales: ¿es posible dejar de sentir ansiedad?
Muchas personas que atraviesan algún trastorno de ansiedad (generalizada, ansiedad social, pánico, etc.) logran una remisión completa de sus síntomas de ansiedad.
Esto puede ocurrir luego de un proceso terapéutico bien llevado, complementado en ocasiones por tratamiento farmacológico.
En esos casos, la ansiedad puede “desactivarse”, y aunque el individuo mantenga una predisposición, aprende a no alimentarla con interpretaciones catastróficas ni conductas de evitación.
Sin embargo, también existen personas que conviven con una forma de ansiedad leve o hasta ansiedad crónica, aprendiendo a mantenerla bajo control.
Estas personas desarrollan una gran conciencia emocional y una sólida red de apoyo, demostrando que controlar la ansiedad es una habilidad que se puede aprender.
¿Qué rol cumplen los medicamentos?
Los medicamentos como los ansiolíticos o antidepresivos pueden ser útiles en ciertos casos.
No “curan” la ansiedad, pero ayudan a reducir la intensidad de los síntomas mientras la persona trabaja en psicoterapia.
Son especialmente útiles cuando los síntomas interfieren gravemente con el funcionamiento diario.
El uso debe ser supervisado por un profesional de la salud mental, y su efectividad aumenta cuando se combina con tratamiento psicológico.
¿La ansiedad regresa?
En algunos casos, sí.
La ansiedad puede reaparecer ante eventos de alta carga emocional, cambios importantes o acumulación de estrés.
Pero esto no significa un fracaso, sino una oportunidad para aplicar lo aprendido.
Una vez que se adquieren habilidades para regularla, se reduce el riesgo de que la ansiedad vuelva con la misma intensidad o frecuencia.
Sugerencias prácticas para manejar la ansiedad
- Reconoce las señales iniciales: sudoración, pensamientos repetitivos, tensión muscular o preocupación excesiva.
- Cuida tu cuerpo: duerme bien, aliméntate de forma equilibrada y realiza actividad física.
- Escribe lo que sientes: expresar lo que vives reduce el malestar.
- Evita evitaciones: no huyas de lo que temes, enfréntalo con apoyo profesional.
- Aprende a respirar: la respiración diafragmática puede ayudarte a regular tus emociones.
- Busca ayuda profesional: un psicólogo puede ayudarte a identificar el tipo de ansiedad y su mejor tratamiento.
Conclusión
Volviendo a la pregunta inicial: ¿la ansiedad se cura o se controla?
La respuesta más realista y útil es que se aprende a controlar y, en muchos casos, los síntomas pueden desaparecer por completo.
La clave está en comprender que la ansiedad no es una debilidad, sino una respuesta humana que se puede regular con las herramientas adecuadas.
Con acompañamiento profesional y compromiso personal, es posible vivir con serenidad, incluso si la ansiedad ha sido parte de tu historia.
Recursos útiles a explorar
- Artículo sobre tratamiento psicológico de la ansiedad – APA
- Guía de autogestión de la ansiedad – NHS UK
- ¿cómo tratar la ansiedad?
Referencias bibliográficas
- Barlow, D. H. (2002). Anxiety and its disorders: The nature and treatment of anxiety and panic. Guilford Press.
- Clark, D. A., & Beck, A. T. (2012). The anxiety and worry workbook: The cognitive behavioral solution. Guilford Press.
- Craske, M. G., & Stein, M. B. (2016). Anxiety. The Lancet, 388(10063), 3048-3059.