Relación entre ansiedad y crisis de pánico
Muchas personas sienten ansiedad basal más alta de lo normal: preocupación constante, tensión muscular, pensamientos repetitivos.
Pero otras viven experiencias más intensas, como una sensación súbita de pérdida de control, taquicardia o ahogo que aparece sin previo aviso.
Esto último suele describirse como una crisis de pánico.
Aunque se relacionan, la ansiedad y crisis de pánico no son lo mismo.
Comprender cómo se vinculan, qué las diferencia y cómo se abordan desde la psicología cognitivo-conductual puede ser clave para prevenir que la ansiedad cotidiana evolucione hacia episodios incapacitantes.

Relación entre ansiedad y crisis de pánico
¿Qué es la ansiedad y cómo se manifiesta?
La ansiedad es una emoción universal.
Desde una perspectiva adaptativa, nos prepara para responder ante posibles amenazas. Pero cuando es excesiva, se convierte en una fuente de sufrimiento.
A nivel cognitivo, la ansiedad se manifiesta como anticipación de peligros futuros; a nivel fisiológico, se expresa con tensión, palpitaciones o sudoración; y en lo conductual, puede derivar en evitación o inquietud constante.
Las personas con trastornos de ansiedad viven en una especie de “alarma encendida” todo el tiempo, interpretando situaciones cotidianas como riesgosas.
Es un estado prolongado y difuso, sin un inicio ni un fin claros.
En cambio, la crisis de pánico irrumpe como una explosión emocional breve pero muy intensa.
¿Qué es una crisis de pánico?
Entender que es una crisis de pánico es un episodio súbito de miedo intenso que alcanza su pico en pocos minutos.
La persona experimenta síntomas de una crisis de pánico severos como:
- Dificultad para respirar
- Aceleración del corazón
- Temblores
- Mareo
- Sensación de irrealidad
- Incluso miedo a morir.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, esto ocurre porque la persona interpreta erróneamente ciertas sensaciones corporales como señales de peligro inminente (“voy a desmayarme”, “me está dando un infarto”, “me estoy volviendo loco”).
Este círculo vicioso entre sensaciones, pensamientos catastróficos y conductas de escape o evitación alimenta la aparición de nuevas crisis.
El temor a que vuelvan, llamado “ansiedad anticipatoria“, puede ser más incapacitante que la propia crisis.
¿Cómo se relacionan ansiedad y crisis de pánico?
La relación entre ansiedad y crisis de pánico es bidireccional.
Por un lado, una ansiedad mantenida en el tiempo puede desembocar en una crisis.
El sistema nervioso se encuentra en un estado de hipervigilancia constante y cualquier estímulo interno (como un latido acelerado o una respiración superficial) puede interpretarse como alarmante.
Por otro lado, quienes han tenido una crisis de pánico tienden a desarrollar miedo a experimentar otra, lo que eleva su nivel basal de ansiedad.
En términos clínicos, las personas con trastorno de pánico suelen tener una combinación de ansiedad generalizada y crisis recurrentes.
Es decir, viven con un nivel elevado de ansiedad diaria, pero además atraviesan picos de pánico que refuerzan el malestar general.
Esta combinación se convierte en un ciclo difícil de romper sin intervención psicológica.
Por estas razones anteriores, puedes comprender que si estás padeciendo de ansiedad, puedes conectar en el por qué dan crisis de ansiedad.
¿Cómo intervenir desde la psicología cognitivo-conductual?
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las intervenciones más efectivas para tratar tanto la ansiedad como las crisis de pánico.
La TCC se centra en identificar los pensamientos intrusivos distorsionados, modificar las conductas evitativas y entrenar habilidades de regulación emocional.
Algunas herramientas clave incluyen:
- Reestructuración cognitiva: Ayuda a cuestionar y cambiar pensamientos catastróficos como “esto no va a parar” o “no podré soportarlo”.
- Exposición interoceptiva: Técnica para familiarizarse con las sensaciones temidas (como el aumento del ritmo cardíaco) sin interpretarlas como peligrosas.
- Entrenamiento en respiración y de técnica de relajación: Enseña a manejar los síntomas fisiológicos de la ansiedad antes de que escalen hacia una crisis.
- Psicoeducación: Comprender la naturaleza de la ansiedad y las crisis ayuda a reducir el miedo irracional a los síntomas.
Trabajar con un terapeuta cognitivo-conductual permite integrar estas estrategias de forma personalizada, enfrentando los miedos gradualmente y recuperando el control emocional.
Sugerencias prácticas para el lector
- Registra tus síntomas: Lleva un diario donde anotes cuándo aparece la ansiedad o una crisis, qué estabas pensando y cómo actuaste. Esto te ayudará a identificar patrones.
- Evita evitar: Si algo te genera ansiedad, como subir al metro o hablar en público, enfréntalo con pequeños pasos. Evitar solo refuerza el miedo.
- Respira con intención: Practica la respiración diafragmática diariamente u otros ejemplos de ejercicios de respiración, no solo cuando te sientas mal.
- No luches contra la ansiedad: Intenta observarla sin pelear con ella. La aceptación reduce su impacto.
- Consulta a un profesional si interfiere con tu vida diaria: Un proceso terapéutico puede ayudarte a entender y transformar tu relación con la ansiedad.
Conclusión
La ansiedad y las crisis de pánico forman parte de un mismo continuo emocional, donde el cuerpo, la mente y las conductas interactúan en un ciclo que puede volverse disfuncional.
Comprender esta relación permite desmitificar lo que ocurre en esos momentos intensos y encontrar herramientas para afrontarlos.
Recuperar el equilibrio no implica eliminar la ansiedad por completo, sino aprender a relacionarse con ella de manera saludable y constructiva.
La clave está en dejar de temerle y empezar a comprenderla.
Links de interés
- Instituto Nacional de Salud Mental – Trastornos de ansiedad
- Guía de autoayuda para el trastorno de pánico – NHS UK
Referencias bibliográficas
- Clark, D. M., & Beck, A. T. (2012). Terapia cognitiva para los trastornos de ansiedad. Desclée de Brouwer.
- Barlow, D. H. (2002). Ansiedad y sus trastornos: La naturaleza y tratamiento de la ansiedad y el pánico. McGraw-Hill.
- Rapee, R. M. (2018). Overcoming panic and agoraphobia: A self-help guide using CBT. Robinson.