7 ejercicios para la ansiedad y depresión
La ansiedad y la depresión son dos de los trastornos psicológicos más comunes y debilitantes de nuestro tiempo.
Aunque a menudo se presentan como experiencias internas difíciles de comunicar, existen formas prácticas y accesibles de aliviar sus síntomas.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, uno de los enfoques más respaldados por la evidencia científica, el cambio emocional comienza por modificar la conducta.
Es decir, actuar, incluso cuando no hay ganas de hacerlo, puede ser una herramienta terapéutica poderosa.
En este artículo abordaremos 7 ejercicios para la ansiedad y depresión que pueden ayudarte a reconectarte con tu cuerpo, tus pensamientos y tu entorno emocional.

7 ejercicios para la ansiedad y depresión
Activación conductual: moverse aunque cueste
La base de cualquier intervención para los síntomas de depresión desde la terapia cognitivo-conductual es la activación conductual.
Este ejercicio consiste en programar y realizar actividades agradables o significativas de manera intencional.
El objetivo es romper el ciclo de evitación, aislamiento e inactividad que alimenta el malestar emocional.
Comienza con acciones pequeñas: salir a caminar 10 minutos, ducharte con calma, ordenar una parte de tu espacio.
Aunque parezca simple, estos actos generan una retroalimentación positiva que puede mejorar tu estado de ánimo a mediano plazo.
La activación conductual es clave para la depresión.
Respiración diafragmática: calmar el cuerpo, ordenar la mente
La ansiedad suele expresarse a través del cuerpo: palpitaciones, tensión muscular, respiración entrecortada.
Por eso, un ejercicio eficaz es la respiración diafragmática o abdominal para la ansiedad.
Este tipo de respiración activa el sistema nervioso parasimpático, lo que ayuda a reducir el estrés fisiológico:
- Puedes practicarla acostado o sentado.
- Coloca una mano sobre el abdomen y otra sobre el pecho.
- Inhala lentamente por la nariz durante 4 segundos, asegurándote de que se eleve solo el abdomen.
- Retén el aire 2 segundos y exhala por la boca durante 6 segundos.
- Repite el ciclo por 5 minutos.
Registro de pensamientos: detectar, cuestionar, transformar
La terapia cognitivo-conductual enseña que no son los eventos los que nos alteran, sino cómo los interpretamos.
El registro de pensamientos es un ejercicio clave para trabajar la depresión y ansiedad.
Consiste en identificar:
- Los pensamientos intrusivos negativo (“No sirvo para nada”),
- Registrar la emoción asociada (tristeza, angustia) y
- Luego buscar una interpretación alternativa más realista (“Estoy pasando un momento difícil, pero eso no define mi valor”).
Esta práctica promueve la autorreflexión y ayuda a reducir el poder de las creencias disfuncionales.
Mindfulness: estar presente sin juicio
El mindfulness, o atención plena, es un ejercicio de observación consciente del presente.
No se trata de vaciar la mente, sino de aprender a mirar lo que ocurre dentro de ti con curiosidad y sin crítica.
Desde el enfoque cognitivo-conductual contextual, como la terapia de aceptación y compromiso (ACT), esta práctica permite relacionarse de manera más flexible con los pensamientos difíciles.
Puedes comenzar con una meditación guiada de 10 minutos, enfocándote en tu respiración o en las sensaciones del cuerpo.
Cuando aparezca un pensamiento, obsérvalo y déjalo ir sin engancharte.
Técnica del “tiempo fuera emocional”
La técnica del “tiempo fuera emocional” implica tomar una pausa breve cuando la ansiedad o la tristeza te sobrepasan.
Es un ejercicio útil para evitar reacciones impulsivas o patrones de pensamientos catastróficos.
La pausa puede consistir en salir al balcón, lavarte la cara, cambiar de habitación o escuchar una canción relajante durante cinco minutos.
El objetivo es frenar la escalada emocional, ganar perspectiva y luego retomar lo que estabas haciendo con mayor calma.
Técnica de solución de problemas
Uno de los factores que más contribuyen a la sensación de impotencia en los signos de depresión es la dificultad para afrontar los problemas diarios.
La técnica cognitivo-conductual de solución de problemas consiste en definir claramente el problema, generar al menos tres posibles soluciones, evaluar sus pros y contras, elegir una y llevarla a cabo.
Luego se evalúan los resultados.
Este enfoque estructurado reduce la rumiación y fomenta una actitud activa frente a los desafíos.
Visualización positiva
Aunque menos conocida, la visualización positiva es un ejercicio poderoso para contrarrestar el sesgo negativo presente en la ansiedad y la depresión.
Cierra los ojos y evoca con detalle una imagen donde te sientas seguro, competente o feliz. Puede ser un recuerdo real o una situación imaginaria.
Trata de activar todos tus sentidos en la escena: ¿qué ves?, ¿qué escuchas?, ¿qué sientes?
Practicar esta técnica durante 5-10 minutos al día puede ayudarte a contrarrestar pensamientos intrusivos negativos y fortalecer emociones positivas.
Sugerencias prácticas para el lector
- Elige un ejercicio al día y practícalo durante una semana. La constancia es más importante que la intensidad.
- Registra en una libreta cómo te sientes antes y después de cada ejercicio. Esto te ayudará a tomar conciencia del efecto que tienen en ti.
- No esperes sentirte motivado para actuar. Comenzar desde el malestar es precisamente lo que permite el cambio.
- Integra estos ejercicios como parte de una rutina de autocuidado: como comer bien o dormir a tiempo, también cuidar la mente requiere hábitos.
- Si los síntomas persisten o aumentan, busca apoyo profesional. Estos ejercicios son complementarios, pero no sustituyen una terapia.
Conclusiones
Los ejercicios para la ansiedad y depresión no son fórmulas mágicas, pero sí herramientas con base científica que pueden marcar una gran diferencia en el día a día.
La clave está en comprender que la acción precede a la emoción: cuando te mueves, piensas diferente; cuando piensas diferente, sientes diferente.
Desde la psicología cognitivo-conductual, intervenir en la conducta, los pensamientos y la atención plena ofrece una vía eficaz y accesible para recuperar el bienestar.
No se trata de dejar de sentir tristeza o nerviosismo, sino de aprender a gestionarlos con mayor habilidad, reduciendo su impacto en tu vida. Incorporar estos ejercicios de forma regular puede ayudarte a construir una base emocional más estable y resiliente.
Links de interés
- Anxiety and Depression Association of America – Self-help strategies
- NHS – Mood self-assessment and wellbeing tips
- ¿Cómo superar la depresión?
- ¿Cómo superar la ansiedad?
Referencias bibliográficas
- Beck, J. S. (2011). Cognitive Behavior Therapy: Basics and Beyond. Guilford Press.
- Barlow, D. H., & Farchione, T. J. (2017). The Unified Protocol for Transdiagnostic Treatment of Emotional Disorders. Oxford University Press.
- Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2016). Acceptance and Commitment Therapy: The Process and Practice of Mindful Change. Guilford Press.