Depresión atípica
No toda depresión se presenta con la clásica imagen de tristeza constante, pérdida de interés o insomnio severo.
Algunas formas del trastorno depresivo desafían las ideas comunes sobre cómo “debería sentirse” una persona deprimida.
Una de estas formas es la depresión atípica, un subtipo que puede pasar desapercibido por su presentación paradójica: capacidad para experimentar placer, somnolencia excesiva, aumento de apetito y una alta sensibilidad al rechazo interpersonal.
Este artículo explora desde el enfoque cognitivo-conductual en qué consiste este patrón clínico, cómo se diferencia de otros tipos de depresión, y qué estrategias pueden ayudar a abordarlo de manera efectiva.

¿Qué caracteriza a la depresión atípica?
La depresión atípica es reconocida en manuales como el DSM-5 como una especificación del trastorno depresivo mayor. Es uno de los tipos de depresión.
Su denominación no implica rareza, sino que sus síntomas de depresión difieren del modelo “típico” de depresión.
Las personas que la padecen pueden experimentar momentos de mejora del estado de ánimo en respuesta a estímulos positivos (reactividad emocional), algo que no ocurre comúnmente en otros cuadros depresivos.
Desde la perspectiva cognitivo-conductual, esta forma de depresión se vincula con esquemas interpersonales negativos, creencias de rechazo o insuficiencia personal, y patrones de evitación emocional.
Principales síntomas de la depresión atípica
Según el enfoque clínico, para considerar un episodio como depresión atípica, deben estar presentes los síntomas principales de un trastorno depresivo mayor, junto con al menos dos de los siguientes:
- Reactividad del estado de ánimo: capacidad para mejorar temporalmente ante buenas noticias
- Aumento del apetito o ganancia de peso
- Hipersomnia: necesidad de dormir en exceso
- Sensación de pesadez en las extremidades (parálisis plúmbea)
- Sensibilidad extrema al rechazo interpersonal
Desde la terapia cognitivo-conductual, se entiende que estos síntomas emergen de procesos de pensamiento intrusivos o rigidos que giran en torno a la aceptación social, la culpa, y la autoevaluación negativa, pero bajo una forma más encubierta y funcionalmente adaptada a la vida cotidiana.
¿Cómo se diferencia de otros tipos de depresión?
La depresión atípica se distingue de la melancólica por su variabilidad emocional.
Mientras que en la depresión melancólica hay un embotamiento afectivo generalizado y pérdida de placer, en la atípica puede haber momentos de alegría real, aunque breves.
Además, los síntomas físicos difieren: hay más tendencia al sueño y a la alimentación excesiva, en contraste con la pérdida de sueño y apetito en la forma clásica.
Desde un punto de vista cognitivo-conductual, esta variante requiere intervenciones adaptadas, con foco en los vínculos, la autoimagen, y la regulación emocional, más allá del simple alivio sintomático.
¿Qué estrategias de tratamiento son más eficaces?
La evidencia muestra que la terapia cognitivo-conductual es eficaz en el abordaje de la depresión atípica, especialmente cuando se trabaja con la identificación de esquemas interpersonales, la reestructuración de creencias relacionadas con el rechazo y la dependencia emocional, y la activación conductual progresiva.
También es clave trabajar con la regulación del sueño y los patrones de alimentación.
El desafío radica en que muchos pacientes con este subtipo no se reconocen a sí mismos como “deprimidos” debido a la presencia de ciertos momentos positivos.
Por eso, el trabajo terapéutico debe incluir psicoeducación clara y una validación del sufrimiento sin que este deba “encajar” en un molde tradicional.
Sugerencias prácticas para el lector
- Observa tus fluctuaciones emocionales: ¿qué las activa?, ¿qué las detiene?
- Registra pensamientos automáticos relacionados con el rechazo o la validación externa.
- Trabaja en rutinas de sueño estables, evitando dormir durante el día.
- Explora actividades que generen sentido más que placer inmediato, como el compromiso con valores personales.
- Si sientes que tu malestar no es “típico”, no minimices tu experiencia: la depresión atípica es tan válida como cualquier otra forma de sufrimiento emocional.
Conclusiones
La depresión atípica muestra que no hay una única manera de sufrir emocionalmente.
Aunque puede parecer menos evidente por momentos, su impacto en la vida de las personas puede ser profundo.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, este tipo de depresión invita a mirar más allá de los síntomas clásicos, y a intervenir en los patrones de pensamiento y conducta que mantienen el malestar, aunque estén camuflados por momentos de funcionalidad o alegría pasajera.
Identificar y tratar la depresión atípica es un acto de autoconciencia y cuidado racional.
Links de interés
- Información clínica sobre depresión atípica – MedlinePlus
- Tratamientos para la depresión atípica – National Institute of Mental Health
- Artículo relacionado: ¿Qué es la depresión y cómo se manifiesta?
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2022). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5-TR).
- Beck, J. S. (2011). Cognitive Behavior Therapy: Basics and Beyond. Guilford Press.
- DeRubeis, R. J., Webb, C. A., Tang, T. Z., & Beck, A. T. (2010). Cognitive therapy. In Handbook of depression (pp. 306–322). Guilford Press.
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